Aquí hay 3 maneras en las que San José es un modelo de paternidad católica.
1) San José fue justo
El Evangelio según San Mateo describe a José como un “justo” (Mt 1,19). En el primer siglo, un hombre justo era aquel que obedecía las leyes de Dios. Sabemos que San José fue obediente porque él y María llevaron a Jesús al templo para consagrarlo según la ley mosaica (Lc 2, 22-24).
¡Imitemos a San José obedeciendo la Ley Divina contenida en los Diez Mandamientos y en las Ocho Bienaventuranzas!
2) San José fue Casto
La Iglesia Católica enseña que María era una virgen perpetua. De ello se deduce que San José no tuvo relaciones maritales con ella. Fue casto durante todo su matrimonio, lo que le permitió servir, signo preeminente de la unión de Dios con la humanidad.
¡Sigamos el ejemplo de San José! Para los solteros, la castidad requiere abstinencia, para los cónyuges incluye la fidelidad mutua y la apertura al don de la vida.
3) San José fue trabajador
San José era carpintero (Mt 13,55). Como tal, conocía el valor de un arduo día de trabajo. También entendió los desafíos de mantener una familia. Su laboriosidad nos inspira a una mayor diligencia en nuestras profesiones.
Independientemente de nuestras respectivas trayectorias profesionales, ¡siempre debemos esforzarnos por imitar a San José y hacer nuestro mejor esfuerzo!
3 formas en las que San José es modelo de paternidad
La justicia, castidad y laboriosidad de San José lo convierten en el modelo perfecto de paternidad católica. ¡Sigamos su ejemplo!