Lourdes y Gloria Salgado son de Ciempozuelos (Madrid). Pertenecen a una familia numerosa de 7 hermanos y ellas son las pequeñas. Han estudiado Secundaria y Bachillerato en el colegio de la Orden de Nuestra Señora (ONS) de Valdemoro. Forman parte de la Generación Z, la que nació en torno al año 2000 y que es nativa digital.
Pero estas jóvenes han descubierto su llamada a la vida religiosa y en poco más de un mes de diferencia ambas ingresarán en sus respectivas órdenes. Porque Lourdes y Gloria tienen vocación religiosa pero no en el mismo camino vocacional: Gloria -que tiene 18 años- ingresó el pasado día 8 en el noviciado de la Orden de Nuestra Señora mientras que Lourdes entrará, con 20 años, como postulante en el convento de La Aguilera, de Iesu Communio, en Burgos.
«Jesús me llamó desde muy pequeña»
Lourdes lo cuenta así:
«Todo ha ocurrido en un verano, en tres meses; dos nos vamos de casa con el único fin de seguir a Jesús donde Él esté. Digo que todo ha ocurrido en tres meses, pero en realidad no es así, no en mi caso. La vocación en mí ha estado desde siempre y Jesús me llamó desde muy pequeña, pero en la vida no todo sale siempre como esperamos y durante tres años más o menos olvidé y abandoné mi llamada y a Jesús por cosas del mundo que me atraían.
«Sencillamente estar con Él, contemplarle»
«Con el tiempo, Jesús no ha dejado de buscarme -continúa- y se ha empeñado en mí cada día de mi vida. Después de encontrarme de nuevo con Jesús y volver a descubrir que me quería para Él, no puedo hacer otra cosa que entregarme a la vida contemplativa, junto a Jesús y con mis hermanas, llamadas a vivir lo mismo que yo: sencillamente estar con Él, contemplarle, y después, compartir con quienes no lo conocen ‘lo que hemos visto y oído’».
«Deseo vivir siempre entregada a Él»
Lourdes afirma: «No puedo decir otra cosa que gracias. Infinitamente agradecida a Dios y a su Iglesia. No merezco esta vida, solo es por misericordia suya que puedo vivir la vocación religiosa. Deseo vivir para siempre entregada a Él».
Su hermana Gloria, que acaba de terminar el Bachillerato y cumplir la mayoría de edad, explica cómo ha sido su proceso vocacional y qué le motiva a ser religiosa. Declara que “lo mejor de mi vida es para Jesús” y cuenta:
Gloria: «Jesús me ha ido enamorando»
“El 8 de septiembre entro en el Noviciado de la Orden de Hijas de María Nuestra Señora, en Valdemoro. Es una Orden de monjas de enseñanza que une la vida contemplativa con la vida activa. Es decir, la entrega a Jesús Eucaristía y la entrega a sus almas. Yo he estudiado toda Secundaria y Bachillerato en este Colegio y he visto a Jesús en estas monjas.
Cuando me dicen que cuente mi vocación me sorprendo, porque es algo muy sencillo, y me gusta que sea así. Es algo sencillo pero grande a la vez. Jesús me ha ido enamorando el corazón sencillamente, poco a poco. He visto como Jesús tiene sed de mí y como yo tengo sed de Él. Mi corazón nunca ha descansado en otra cosa más que en Él».
«He visto la sed que tiene Jesús del mundo»
«También he visto lo roto que está el mundo, lo destrozado que está el corazón del hombre sin Jesús, la sed que tiene el mundo de Jesús y la sed que tiene Jesús del mundo. Y yo entrego mi vida entera para saciar ese “tengo sed”, doy mi vida por las almas, “para que tengan Vida”. Ya sé por qué vivo».
«Y no dejo de sorprenderme de lo bueno que es el Señor: me sorprende que cada día me elija a mí, tan pequeña como soy yo. Y a veces me pregunto: “¿cómo hemos llegado hasta aquí?” y me doy cuenta de que todo lo ha hecho Él, que todo lo ha llevado Él…”.
Tanto Gloria como Lourdes ven que en el descubrimiento de su vocación personal han ayudado su familia, el colegio donde han estudiado y el Camino Neocatecumenal.
“Ha sido muy importante -dice Lourdes- en mi vida mi familia, mi madre que está feliz de la vida que comienzo, mis hermanos, mi parroquia y mi grupo de jóvenes, aquellos con quienes he compartido la fe durante los últimos años, y el colegio donde me educaron los últimos 5 años, un colegio de religiosas en el que precisamente ingresa mi hermana pequeña…”. Gloria lo confirma también en su caso.
La Virgen en su vocación
Gloria añade que la decisión que han tomado de entregarse totalmente al Señor en la vida religiosa no sería posible sin contar con la ayuda de la Virgen: “La Virgen, el camino más fácil, corto y rápido para llegar a Jesús. Ella es la que me lleva a Jesús todos los días, a Ella le entrego todo para que se lo de a mi Señor». El sí de María se expresa en Gloria de una manera concreta: “Solo puedo decir: “por todo lo que ha sido, GRACIAS; por todo lo que será, SÍ”.