En su Audiencia General del 26 de mayo, el Santo Padre explicó cuál es el verdadero sentido de la oración, que “no es una varita mágica”, sino “un diálogo con Dios”.
“Cuando la gente reza con un corazón sincero, cuando pide cosas que corresponden al Reino de Dios, cuando una madre reza por su hijo enfermo, ¿por qué a veces parece que Dios no escucha?“, comienza diciendo el Papa Francisco.
“Para responder a esta pregunta, debemos meditar con calma en los Evangelios”, agrega.
A veces ocurre que sentimos que nuestras oraciones no son escuchadas por Dios porque “el tiempo de Dios no es nuestro tiempo“.
En el Evangelio, “vemos que a veces la respuesta de Jesús es inmediata, mientras que en otros casos se retrasa y parece que Dios no responde”.
“Piensen en la mujer cananea que suplica a Jesús por su hija: esta mujer tiene que insistir durante mucho tiempo para ser escuchada… O piensa en el paralítico traído por sus cuatro amigos: Jesús inicialmente perdona sus pecados y solo después sana su cuerpo”.
El Papa Francisco destacó el relato del Evangelio de Marcos sobre un padre, Jairo, que le pidió a Jesús que sanara a su hija enferma que estaba a punto de morir.
Mientras Jesús se dirigía a la casa de Jairo, el padre recibió la noticia de que su hija ya había muerto. El Papa Francisco dijo: “Parece que es el fin, pero en cambio Jesús le dice al padre: ‘No temas, solo ten fe’“.
“Y de hecho, Jesús despertará a ese niño del sueño de la muerte. Pero por un tiempo, Jairo tuvo que caminar en la oscuridad, solo con la llama de la fe. Pide esta gracia, tener fe”, dijo el Santo Padre.
El Papa explicó que “la oración no es una varita mágica”, sino “un diálogo con Dios”.
“Cuando oramos, debemos ser humildes“, dijo. “Esta es la primera actitud a la hora de ir a rezar, así como es costumbre en muchos lugares de ir a rezar en la iglesia: mujeres que llevan velo o toman agua bendita para empezar a rezar, de esta forma debemos decirnos antes de rezar Dios, que Dios me dé lo que es correcto dar. Él sabe“.