La llegada de la comunidad global introduce la temporada del regreso de Jesús. Cuando Jesús nos da estas señales de Su Segunda Venida, nos enseña cómo debemos vivir en esta época.
Comienza enseñando la parábola de la higuera, en la que enfatiza que sus seguidores deben saber cuándo han entrado en el tiempo de su regreso. Es obvio y claro que espera que seamos conscientes de que ha comenzado la temporada.
La siguiente parábola nos instruye que debemos estar alertas y vigilantes, esperando que Él venga de nuevo y no ser como aquellos que no lo sabían como en los días de Noé. La tercera parábola nos enseña la diferencia entre el siervo sabio y fiel y el siervo malvado en la casa del Maestro.
La cuarta parábola contrasta entre las vírgenes prudentes y las vírgenes insensatas en las que serán recibidas en su banquete de bodas de las que serán excluidas. La última parábola nos inspira en cuanto a cómo debemos usar los recursos que Dios nos ha dado para preparar el camino para nuestro próximo libertador.
Jesús luego completa sus enseñanzas proféticas con su juicio sobre las naciones. Los divide en naciones de ovejas y cabras. Los que han obedecido su mandato de ministrar a los más pequeños, contrastan con las naciones que no han ayudado a los necesitados. Este juicio también está ligado a si la nación ha bendecido o maldecido a Israel.
Todas estas palabras proféticas las recogeremos en profundidad sobre cómo debemos vivir en esta temporada del regreso de Jesús, para preparar el camino para que venga nuestro Rey. Como dice el antiguo himno,
¡Oh, el Rey viene!
El Rey viene.
Acabo de escuchar el sonido de las trompetas.
Y ahora veo Su rostro.
Oh, el Rey viene.
El Rey viene.
Alabado sea Dios, Él viene por mí.