Seleccionar página

La biografía de Carlo Acutis evidencia un vínculo muy fuerte a la ciudad de Asís y a la tumba de San Francisco. Tras su fallecimiento, en 2006 por leucemia cuando tenía 15 años, fue enterrado en el cementerio de la ciudad y, posteriormente, trasladado a una capilla del Santuario de la Spogliazione.

Sobre el vínculo de Carlo y la ciudad natal de San Francisco habló la madre del joven italiano, Antonia Salzano, en un coloquio organizado por la Diócesis de Asís-Nocera Umbra-Gualdo Tadino en octubre de 2020, en los días previos a la beatificación del joven.

Salzano destacó que “Carlo era muy sencillo, muy espontáneo”. Resalto también su sensibilidad hacia lo pobres: “Cerca de nuestra casa había un joven que dormía en la calle y Carlo le llevaba de comer, le daba dinero”.

Pero, principalmente, Antonia Salzano hizo hincapié en el profundo vínculo entre su hijo y San Francisco de Asís.

“Carlo tenía gran devoción por San Francisco, el santo eucarístico, el santo de la comunidad, el santo cristológico. Carlo decía que quería ser santo, pero no como San Francisco, porque San Francisco era muy difícil de imitar”.

Este afecto de Carlo por Asís “se debía al vínculo especial que tenía con San Francisco, llevaba Asís en el corazón, decía que la ciudad donde se sentía más feliz era Asís porque aquí se respiraba algo especial que no se respiraba en otras ciudades”.

“Le gustaba ir a la porciúncula porque tenía esa gran devoción”. Le gustaba también visitar “con frecuencia a la basílica de San Francisco”. Al mismo tiempo, se comportaba como cualquier chico de su edad: “Hacía una vida ordinaria, como cualquier chico. Se divertía, jugaba”.

Por otro lado, señaló que Carlo sentía un entusiasmo profético “con la posibilidad de ser enterrado en Asís el día que muriera”.

En una entrevista que Antonia Salzano concedió a ACI Prensa / EWTN en 2020, la madre explicó que “nosotros teníamos una casa en Asís y esta casa nos permitía, como propietarios de un inmueble, adquirir en el cementerio de Asís un nicho. Era un lugar muy bello desde donde se contemplaba el valle y con vistas a la Basílica de San Francisco”.

“Teníamos tumbas de familia, teníamos varias, pero a Carlo le gustó la idea de ser enterrado en Asís. Yo le pregunté qué pensaba de la idea de adquirir el nicho, una tumba en tierra que se vendía aquí en Asís, y ser sepultado en ella. Y Carlo me dijo que sería muy feliz, que le parecía una idea muy bella. Yo lo interpreté un poco como su disposición testamentaria”.