La sociedad ha establecido muchas formas de comportarnos, de accionar y valorar lo que está bien y lo que está mal.
El concepto de la virginidad prematrimonial era bastante aceptado, aún en cristianos que cultivaban poco su fe. Sin embargo, con el pasar del tiempo, los menos religiosos comenzaron a dejar atrás la importancia que tiene el entregarse virgen a la pareja.
Sin embargo, es importante acotar, que pese a lo que la sociedad diga, la Biblia siempre ha mantenido la misma postura: «Debemos llegar vírgenes al matrimonio».
Si alguien se pregunta que tan importante es llegar virgen al matrimonio, la respuesta bíblica es: muy importante.
La Biblia dice en 1 Corintios 6:18-20: «Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios».
La Biblia nos indica que es deshonroso el pecado de la fornicación. Tener sexo sin estar casado no honra al templo del Espíritu Santo que somos.
Además, el Señor nos llama a la santificación. En 1 Tesalonicenses 4:3-4 Dios dice: «Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación. Que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor.
Dios nos quiere en santidad y que no vivamos como paganos que están alejados de Dios.
Por su parte, el pastor, Andrés Corsón dijo que Dios no ha cambiado su postura sobre el sexo prematrimonial, agregó que pese al placer que causa el sexo, también puede ocasionar mucho dolor.
El pastor llamó a las mujeres a valorizarse, a hacer esperar a los hombres y recuerda lo dicho en 1 Corintios 7:36: «Si un hombre piensa que está tratando a su prometida en forma impropia y que inevitablemente cederá a sus pasiones, que se case con ella como él desea».