Un joven judío no reconocía a Jesús como el Mesías y tras ser diagnosticado con leucemia, se alejó de Dios, cuestionándolo. Pero esa misma adversidad, lo llevó a comprender sus propios errores y entregar su vida a Cristo.
Hijo de una familia formada por judíos mesiánicos, Yonatan, en silencio, se resistió a la creencia de que Jesús es el Mesías. Pero para evitar una pelea con la familia, no tomó una posición al respecto.
Tiempo después, durante la escuela secundaria, le diagnosticaron leucemia, un tipo de cáncer que ataca los tejidos que forman la sangre, incluida la médula ósea. El joven judío empezó a considerar que este era el fin de sus sueños de vida, como servir en las Fuerzas Armadas.
“¿Cómo haces mal a los que creen en ti? Mi familia es creyente. Pero, ¿atacas a mi hermana con autismo, y ahora me estás atacando a mí con cáncer?”, dijo Yonatan en su testimonio.
Lectura de la Biblia
Durante el tiempo del tratamiento, Yonatan decidió leer la Biblia, y así conoció a Jesús (Yeshua), y se identificó con él, porque Yeshua también sufrió como ser humano. “De repente, pude conectarme con Él. Sabía que mientras sufría, Él me entendía y me conocía”, aseguró el joven durante su testimonio.
A partir de eso, el joven judío dejó de sentir angustia por su enfermedad y comenzó a experimentar un sentimiento de gratitud hacia Dios. Cuando comparó su sufrimiento de cáncer con lo que Jesús pasó en la cruz, sintió que sus problemas eran insignificantes.
Yonatan explicó que cuanto más estudiaba a Yeshua, más fuerza encontraba para perseverar. Después de completar la quimioterapia y regresar a la escuela, fue dado de alta del hospital para realizar su sueño e ingresar al servicio militar israelí.
Ahora, es un judío mesiánico. Por ello, testifica el cambió positivo para su vida: “Dios usó mi sufrimiento para construir algo y mostrar su poder en mi vida. Cuando miro hacia atrás, agradezco a Dios por el cáncer. Sí, fue lo peor, pero al mismo tiempo, fue el mejor regalo que me ha pasado espiritualmente”, concluyó Yonatan.