Terrell Scott creció en un hogar disfuncional, su falta de atención y valores lo llevó al camino de la criminalidad y de las drogas.
Desde la secundaria, el joven ya estaba involucrado en situaciones violentas y en el consumo de drogas.
Cuando tenía 15, el hombre organizó su propia pandilla criminal; en el fondo, Terrell encontraba en ellos la unión familiar que no tuvo con sus parientes.
“Cuando no tienes una relación cercana con tu padre o una figura piadosa en tu vida, sales a las calles para que te guíen y encuentres una comunidad”, dijo Scott, de 39 años.
Terrell juntó a sus compañeros de futbol americano y con ellos organizó una serie de crímenes en McDonough City.
Aunque el joven intentaba alejarse del mal camino, volvía nuevamente en cuánto se le presentaba una oportunidad.
El joven llegó a consumir marihuana, cocaína, éxtasis y metanfetaminas.
Cuando Terrell tenía 21 años y estaba en la universidad fue arrestado y sentenciado a cinco años de prisión, sin embargo, desde la cárcel dirigió el negocio de la droga, pero fue descubierto y puesto en una prisión aislada.
Fe
Cuando Terrell estaba dentro de la celda tuvo un encuentro con el Señor. El hombre clamaba por una persona que lo guiara al cristianismo y Dios escuchó su oración.
Terrell recibió una carta de una mujer llamada Brandy a quien había agredido anteriormente. En la misiva, la cristiana le dijo que Dios tenía un plan para su vida, y fue ahí cuando el hombre comenzó a arrepentirse y a dar testimonio de su fe.
Brandy estuvo visitando a Terrell en la cárcel durante meses, hasta que a los 26 años el expreso decidió rendirse a los pies del Señor.
El juez al ver el cambio en el detenido y su ministerio con los demás privados de libertad decidió disminuir la cantidad de la multa que debía.
“Tuve una visión cuando estaba orando, y estaba muy claro que Dios me estaba llamando a hacer una diferencia a través del ministerio cuando saliera de la prisión. Entonces escuché la voz de Dios que me decía que debería ser un predicador para ayudar a muchos”, testificó Scott.
Terrell se convirtió en pastor y se casó con Brandy al salir de prisión, y juntos fundaron el ministerio juvenil Passion-Life Church, en la comunidad donde creció. La pareja también creó un ministerio para jóvenes vulnerables.
En su ministerio llamado “Refugio”, rescata a jóvenes con probabilidad de caer en la criminalidad. Su programa incluye comidas, tutoría y discipulado.
“Si Dios puede cambiarme, Dios puede cambiar a cualquiera. Y quiero evitar lo que pasé con los demás y darles propósito y destino”, expresó Terrell.