El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Ferández, explicó en su carta pastoral la peregrinación de jóvenes a Guadalupe que se está organizando de de la Diócesis y recordó que “la vida cristiana es imposible recorrerla, es imposible vivirla sin la Madre”.
“Hasta allí llevaremos el corazón de todos los jóvenes cordobeses, que están deseosos de encontrarse y compartir su fe, su experiencia ante la Virgen nuestra Madre y su vivencia de una Iglesia joven en camino”, aseguró.
“Guadalupe es un lugar, pero sobre todo es el nombre de nuestra Madre en tierras de Extremadura. Guadalupe es una peregrinación de jóvenes desde Córdoba hasta este santuario mariano. Guadalupe se ha convertido en Córdoba en una escuela de vida cristiana para jóvenes durante más de veinticinco años. Este año, además, es Año jubilar guadalupense con gracias especiales de conversión y de renovación al calor de la Madre”, destacó.
El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe en España está situado en Cáceres (España), y desde agosto de 2020 celebra un año santo.
Mons. Fernández recuerda en su carta los numerosos frutos vocacionales que ha dado este monasterio, ya que “muchas parejas de novios se han conocido y se han declarado su amor en una peregrinación de Guadalupe a lo largo de estos años. Y recuerdan ahora en su matrimonio aquella gracia recibida en Guadalupe. Otros, han encontrado su vocación de entrega al Señor, al estilo de María, con un corazón virginal para amar sin medida y gastar su vida por los demás”.
En ese sentido el Prelado recordó que la Iglesia es “donde todos aportamos lo mejor de nosotros mismos y donde todos recibimos la gracia abundante de Dios, la luz para el camino y el consejo oportuno en un contexto juvenil”.
Por eso explicó que encuentros juveniles como este “no son acontecimientos puntuales que pasan y no dejan huella”, al igual que las Jornadas Mundiales de la Juventud o con las peregrinaciones a Santiago o al Rocío. “Son momentos puntuales, claro, pero se insertan en todo un proceso de crecimiento en la fe y de compromiso de vida”, precisó y destacó que después de esos grandes encuentros “vienen las reuniones de su propio grupo, donde profundizan su fe y se van formando”.
Mons. Fernández recordó que el lema del Año Santo de Guadalupe 2021 es “Sigue tras su estela”.
“Se refiere a María Santísima. Ella ha dejado una estela en la vida del cristiano, también del joven. Y a veces esa estela se borra con el paso del tiempo o con los cambios que se experimentan en la juventud. Guadalupe supone renovar esa relación de amor con la Madre. Ella nos lleva siempre a su Hijo Jesús”; aseguró.
E insistió en que “la vida cristiana es imposible recorrerla, es imposible vivirla sin la Madre. Guadalupe nos hace más conscientes de ello. La peregrinación es ocasión para reflexionar, para acercarse al perdón de Dios, para alimentarse de Cristo en la Eucaristía, para vivir en una Iglesia joven, para asumir compromisos de vida cristiana”.
Además, Mons. Fernández animó a orar por los jóvenes de la diócesis y del mundo entero porque “necesitan más que nunca el apoyo de todos: padres, educadores, sacerdotes. Muchos jóvenes se apartan de Dios y de la Iglesia, precisamente en su juventud. Pedimos para que vuelvan a casa. Pero otros muchos jóvenes se encuentran con Dios y con la Iglesia en ocasiones como ésta y estrenan una fe que nunca antes habían tenido”.
Por eso recordó el paso de la Cruz de los Jóvenes de la JMJ Lisboa 2023, que los anima “a ponerse en camino, bajo la convocatoria del Papa Francisco”.
Aunque en el verano de 2022, están convocados los jóvenes a la Peregrinación Europea de Jóvenes a Santiago (PEJ 2022), “momentos de descubrir una Iglesia joven, una Iglesia viva, una Iglesia que lleva en su seno el futuro de la humanidad”.