Ya sea que quieras cambiar de trabajo, que estés pensando a qué universidades postularte, que te encuentres decidiendo si tener o no otro hijo.
Que te estés preguntando si ya es tiempo de volver de nuevo a estudiar (entre otras cosas). El proceso de toma de decisiones puede ser confuso y realmente agotador.
Pensando en hacer este proceso un poco más llevadero, hemos tomado algunos consejos de las Sagradas Escrituras que te pueden ayudar a ponerte en presencia de Dios.
Y que pueden darte algunas luces para saber qué es lo que quiere Dios de ti. Antes de empezar debes saber dos cosas:
1. Dios siempre quiere que seamos felices porque nos ama.
Él también sabe que solo eso que nos lleva a crecer en santidad, será lo que a la vez nos conduce a ser felices.
2. El discernimiento sobre el plan de Dios lleva a decidir entre dos alternativas buenas.
Discernir entre dos cosas buenas siempre nos llevará a escoger la mejor opción de las dos. ¡A escoger lo óptimo!
Tener estas cosas en mente te ayudará a acortar la lista de alternativas y enfocarte específicamente en las que son buenas.
Recuerda que no hay necesidad de apresurarse
Escoge un lugar tranquilo para escuchar lo que Dios te dice a través de su palabra. El discernimiento lleva tiempo y sobre todo tiempo escuchando, escuchando mucho.
Ten paciencia y la confianza de que Dios siempre quiere lo mejor para ti.
Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No tengas miedo, Sión, no desmayen tus manos! tu Dios está en medio de ti, ¡un poderoso salvador! El exulta de gozo por ti, te renueva por su amor, danza por ti con gritos de júbilo, como en los días de fiesta.
Yo quitaré de tu lado la desgracia, el oprobio que pesa sobre ti. He aquí que yo haré exterminio de todos tus opresores, en el tiempo aquel, y salvaré a la coja y recogeré a la descarriada, y haré que tengan alabanza y renombre en todos los países donde fueron confundidas.