Seleccionar página

La violencia que golpea estos días Jerusalén «viola la santidad del pueblo de Jerusalén y de Jerusalén como ciudad de la paz». Es la denuncia que han hecho este lunes los patriarcas y jefes de las Iglesias de Jerusalén, expresada en una declaración conjunta.

Se suman de esta manera a la preocupación expresada un día antes por el Papa Francisco en el rezo del regina coeli por la escalada de enfrentamientos entre palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes en el entorno de la mezquita de Al Aqsa y en el barrio Sheikh Jarrah, de mayoría palestina.

La tensión en la ciudad santa se desencadenó por las limitaciones al acceso a partes de la Ciudad Vieja durante el Ramadán y a la amenaza de desalojo que pesaba –el Tribunal Supremo ha decidido aplazarlo– sobre varias familias palestinas en Sheik Jarrah para dar paso a colonos judíos.

«Las acciones que socavan la seguridad de los fieles y la dignidad de los palestinos objeto de desalojo son inaceptables», afirman los líderes de las Iglesias de Jerusalén.

Tras reconocer que se encuentran «profundamente desanimados y preocupados» por estos acontecimientos, recuerdan que el carácter especial de Jerusalén «obliga a todas las partes a preservar la ya delicada situación de la ciudad santa». Y añaden: «La creciente tensión, apoyada principalmente por grupos de derecha radical, pone en peligro la ya frágil realidad de Jerusalén y sus alrededores».

Con todo, piden «a la comunidad internacional y a todas las personas de buena voluntad que intervengan para poner fin a estas acciones provocadoras, así como que sigan rezando por la paz».