544 personas aceptaron a Jesús y 166 de ellas decidieron bautizarse en medio de los conflictos de Myanmar.
El país asiático lleva nueve meses desde que una junta militar derrocó a la presidenta Aung San Suu Kyi.
La violencia se ha instaurado en las calles, en medio de enfrentamientos entre militares y ciudadanos. Este conflicto ha dejado más de mil muertos.
Los cristianos también han sido afectados por los conflictos del país, informó el hermano Lwin, socio local de Open Doors Mission.
«Dondequiera que van los militares, queman casas, matan cerdos [de los que dependen muchas familias para obtener ingresos] y ocupan iglesias», dijo Lwin.
La organización Puertas Abiertas llevó a 50 niños a conocer la fe cristiana. Lwin asegura que esto ayuda a formar el carácter cristiano de los jóvenes.
Además, Open Doors llevó ayuda humanitaria a 7 mil ciudadanos quienes recibieron también el discipulado.
Desde que el Ejército tomó el poder la persecución a la iglesia cristiana ha aumentado en el país.
En junio, los líderes de la iglesia en el estado oriental de Karenni informaron sobre ataques militares contra al menos ocho iglesias.
En septiembre, una iglesia bautista en Chin, Myanmar, fue dañada cuando el ejército enfrentaba a los manifestantes.
En el ataque le dispararon a un pastor que estaba ayudando a apagar el fuego en una de las casas.