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En 2015, la cristiana Mere Ruth Costa, de 52 años, de Río de Janeiro, recibió una profecía de Dios, diciendo que ella “pasaría por una preparación” para ayudar a otras mujeres más adelante. 

En ese momento, Mere no tenía idea de que pasaría por una experiencia sobrenatural que cambiaría su vida para siempre. Ella gozaba de buena salud y se sometía a exámenes preventivos de cáncer de mama todos los años. Pero dos años después, a Mere le diagnosticaron cáncer de mama en etapa tres.

“En ese momento, no recordaba lo que Dios había dicho. Estaba muy nerviosa y lloré mucho”, dijo. Posteriormente, se sometió a una cirugía para extirpar el tumor en el Hospital Federal Bonsucesso. Al despertar, después de la anestesia, vio a un hombre de espaldas a la cama, agitando la vía intravenosa.

“Vi que parecía ser una enfermera, pero cuando se volvió hacia mí, me di cuenta de que no era una enfermera del hospital, ya que no podía verle la cara. Me invadió una emoción muy fuerte, una alegría, la certeza de estar con el mejor acompañante de ese hospital”, testificó Mere.

El Señor Jesús había visitado a la mujer cristiana en su habitación del hospital. “Quería hablar con Él, pero no pude. Entonces hablé en mi mente. Entonces, comencé a pedirle que normalizara mi presión, que estaba un poco baja, debido a la anestesia todavía, y me tocó dos veces los pies. Sentí un fuego subiendo a mi cabeza y reviví», reveló.

Sanada por la presencia de Jesús

Según Mere, Jesús se quedó con ella en su habitación hasta el día siguiente, cuando fue dada de alta y se fue a casa. «Estaba muy feliz y lloré, hasta que mi esposo vino a visitarme. Le dije que Jesús estaba allí y que lo estaba viendo. Jesús se quedó conmigo hasta la madrugada», aseguró.

Quince días después de la cirugía, Mere recibió el resultado de la biopsia y, para sorpresa de ella y del médico, la prueba fue negativa. “Fueron días de mucho sufrimiento y mucho dolor, pero Dios, una vez más, me dio la victoria”, celebró.

En 2017, la mujer cristiana se curó por completo. “Estoy muy agradecida con Dios por el regalo de la vida. Hoy estoy curada y vivo siendo testigo de lo que Dios ha hecho en mi vida. Si estás pasando por una situación similar, quiero decirte que Jesús puede curarte y cambiar tu diagnóstico como cambió el mío. ¡Derroté al gigante llamado cáncer, por la gloria de Dios!”, concluyó Mere.