En el Antiguo Testamento de la Biblia, hay mujeres valerosas como Ruth y Ester, pero, ¿cuántas mujeres mencionan los apóstoles en los evangelios?
Por orden cronológico, se debe mencionar a la abuelita de Jesús, Santa Ana, esposa de san Joaquín, aunque de ellos no hablan ninguno de los cuatro evangelistas, aparecen en los Evangelios Apócrifos.
Luego está la Santísima Virgen María, la mujer más importante en la vida de Jesús, mencionada por todos los evangelistas en distintos pasajes, también citan a su prima Santa Isabel, a quien María fue a ayudar durante su embarazo, además de que sería la madre de Juan el Bautista.
María Magdalena acompañó a Jesús durante su recorrido por Israel, y tuvo el privilegio de ser la primera persona en enterarse de la resurrección del Salvador, como lo narra San Marcos (16; 1) “Pasado el día del reposo, María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé compraron perfumes para perfumar el cuerpo de Jesús y fueron al sepulcro muy temprano… entonces, un ángel les dijo: ‘buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. Ha resucitado, no está aquí’”
María de Betania y su hermana Marta, hermanas de Lázaro a quien Jesús resucito sacándolo del sepulcro, son protagonistas de varias enseñanzas. Jesús era muy amigo de la familia y con ellos se hospedó en varias ocasiones. Uno de los pasajes más conocidos lo menciona el evangelista san Lucas (10; 38) se refiere a que María, al estar junto a Jesús en cierta ocasión, y ante el reclamo de su hermana por no ayudarla con las cosas domésticas, “María se quedó con la mejor parte”.
Hay tres mujeres que son importantes por las enseñanzas que Jesús dio durante su encuentro. La primera fue la samaritana a quien Jesús le pidió un poco de agua, junto a un pozo. San Juan (4; 3) afirma que, tras un diálogo entre ambos, Jesús le dijo: “Todos los que beben de esta agua volverán a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed.”
La segunda es una mujer que durante 12 años estuvo enferma con derrames de sangre, pero ella, con mucha fe tocó el manto de Jesús. San Lucas (8; 40), lo platica así: Jesús exclamó: “alguien me ha tocado porque me he dado cuenta de que de mi ha salido poder” Cuando la enferma reveló que ella había sido, Jesús le contestó: “Hija, por tu fe has sido sanada”.
La tercera que menciona la Biblia fue la mujer adúltera a quien iban a apedrear hasta matarla, pero Jesús la salvó la vida tras afirmar a la multitud que, quien estuviera libre de pecado lanzara la primera piedra. Según el evangelio de san Juan (8;1), Jesús agregó: “Tampoco yo te condeno. Ahora vete y no vuelvas a pecar”.
San Lucas (8; 1) habla sobre las mujeres que ayudaban a Jesús; dice: “como también había algunas mujeres que él había curado de espíritus malignos y enfermedades, entre ellas iba María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios. También Juana, esposa de Cuza, el que era administrador de Herodes, y Susana, y muchas otras que les ayudaban con lo que tenían.”
En otro evangelio, Jesús pone como ejemplo a aquellas mujeres precavidas que esperaban por la noche al novio y llevaban suficiente aceite para iluminarse en medio de la oscuridad. Mateo (25; 1) narra: Jesús dijo que “el reino de los cielos será como 10 muchachas que, en una boda, tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran previsoras y cinco despreocupadas.”
El Libro de los Hechos de los Apóstoles, que narra los inicios de la Iglesia y de la predicación de la buena nueva incluyendo a otros países, también menciona a varias mujeres que ayudaron con tiempo y recursos en esta tarea.