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Quiere trabajar, formar una familia, unos papeles que le den derechos de ciudadano europeo, estabilidad,… Pero 14 años después de cruzar la frontera, sigue solo, en la calle, buscando.

Tiene una orden de expulsión, así que ha borrado del mapa su documentación para que no lo devuelvan a su país, una opción que le aterra. Ni si quiera se atreve a dar su verdadero nombre.

Quizás no se le contabilice entre las 700 mil personas sin hogar que se calcula que hay hoy en la Unión Europea, millones en el mundo.

Sin embargo, él sigue dando gracias a Dios y rezándole para que mejore su situación. ¿Quieres unirte a su oración? Pincha en la siguiente galería de imágenes. La fe mueve montañas, ¡quién sabe!

Escucha nuestra oración de hoy por todas las mujeres y hombres, niños y niñas
que no tienen hogar:

Por aquellos que duermen bajo los puentes, en los bancos del parque,
en los portales o estaciones de autobús.
Por aquellos que sólo pueden encontrar un refugio para pasar la noche,

pero que deben deambular durante el día. 
Por las familias rotas porque no podían darse el lujo de pagar el alquiler.
Por aquellos que no tienen familiares o amigos que pueden recibirles. 
Por  aquellos  que  no  tienen  un  lugar  para  mantener  las  posesiones
que  les  recuerden quiénes son. 
Por los que tienen miedo y no tienen esperanza. 

Ayúdanos a ver Tu rostro en los ojos de cada persona sin hogar que encontremos,
para que podamos ser fortalecidos a través de la palabra y de las obras,
y a través de los medios que tenemos,
para traer justicia y paz a los que no tienen hogar.
Amén.

Esta oración es una adaptación de una plegaria de Carol Penner, del Mennonite Central Committee Canada.

La difunde Caritas, una de las organizaciones más comprometidas con las personas sin hogar y por la erradicación de la pobreza.