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El Ministerio de Catequistas fue instituido por el Papa Francisco este martes 11. El documento fue firmado este lunes 10, memoria litúrgica de San Juan de Ávila. El santo anciano es doctor de la Iglesia.

“La fidelidad al pasado y la responsabilidad del presente” son “las condiciones indispensables para que la Iglesia pueda llevar a cabo su misión en el mundo”, escribe el Pontífice. 

En Motu proprio, el Santo Padre contextualiza la evangelización en el mundo contemporáneo. Cita la “imposición de una cultura globalizada” y afirma: “Es necesario reconocer la presencia de laicos y laicas que, por su bautismo, se sienten llamados a colaborar en el servicio de la catequesis”.

Además, el Papa subraya la importancia de “un auténtico encuentro con las generaciones más jóvenes”. Francisco observa “la necesidad de metodologías e instrumentos creativos que hagan coherente el anuncio del Evangelio con la transformación misionera de la Iglesia”.

Un nuevo ministerio, pero con orígenes antiguos

El nuevo ministerio tiene orígenes muy antiguos que se remontan al Nuevo Testamento. Germinalmente, se menciona, por ejemplo, en el Evangelio de Lucas y en las Cartas del Apóstol San Pablo a los Corintios y a los Gálatas.

“Toda la historia de la evangelización en estos dos milenios”, escribe el Papa, “muestra con gran evidencia la eficacia de la misión de los catequistas”. Aseguraron que “la fe era un soporte válido para la existencia personal de todo ser humano”.

El Pontífice recordó que, en la historia, muchos catequistas han llegado al punto de “incluso dar la vida” por la evangelización. Por eso, desde el Concilio Vaticano II, se ha ido tomando conciencia de que “la tarea del catequista es de suma importancia”.

La catequesis es una acción necesaria para el “desarrollo de la comunidad cristiana”, señala el Santo Padre. Aún hoy, prosigue Motu Proprio, “muchos catequistas competentes y perseverantes” llevan a cabo “una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe”.

Una “larga serie” de catequistas, santos y mártires “marcó la misión de la Iglesia”. Fueron “una fuente fecunda para toda la historia de la espiritualidad cristiana”, comenta el Papa.

Transformar la sociedad a través de los valores cristianos

Francisco exhorta a valorar a los laicos que colaboran en el servicio de la catequesis. Según el Pontífice, se encuentran con “los muchos que esperan conocer la belleza, la bondad y la verdad de la fe cristiana”.

Es tarea de los pastores, subraya también el Santo Padre, reconocer “los ministerios laicos capaces de contribuir a la transformación de la sociedad”. A través de ellos se produce una “penetración de los valores cristianos en el mundo social, político y económico”.

Evite las formas de clericalización

El catequista está llamado a expresar su competencia en el servicio pastoral de transmitir la fe desde el primer anuncio hasta la preparación para los sacramentos de la iniciación cristiana. Esto incluye la formación permanente.

Pero todo esto sólo es posible “a través de la oración, el estudio y la participación directa en la vida de la comunidad”. Según el Papa, la identidad del catequista debe desarrollarse con “coherencia y responsabilidad”.

Recibir el ministerio laical de un catequista, de hecho, “da un mayor acento al compromiso misionero típico de cada bautizado”. Y debe realizarse – recomienda Francisco – “de manera completamente secular, sin caer en ningún intento de clericalización”.

La Congregación para el Culto Divino publicará el Rito de Institución

El ministerio laico de los catequistas también tiene “un fuerte valor vocacional”. Es “un servicio estable prestado a la Iglesia local”. Requiere “el debido discernimiento por parte del obispo” y un Rito Institucional especial que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicará en breve.

Al mismo tiempo, señala el Santo Padre, los catequistas deben ser hombres y mujeres “de profunda fe y madurez humana”. Los catequistas deben participar activamente en la vida de la comunidad cristiana. Deben ser capaces de “acogida, generosidad y vida de comunión fraterna”.

Los catequistas deben formarse desde un punto de vista bíblico, teológico, pastoral y pedagógico. Deben haber madurado la experiencia previa de catequesis. Los catequistas deben colaborar fielmente con los sacerdotes y diáconos. Deben “estar animados por un verdadero entusiasmo apostólico”.

La invitación del Papa a las Conferencias Episcopales

Finalmente, el Papa invita a las Conferencias Episcopales a “hacer realidad el ministerio de los catequistas”. Para el Pontífice, es necesario establecer los criterios formativos y normativos necesarios para acceder a ella. También es necesario encontrar formas más coherentes para el servicio. Todo esto debe estar de acuerdo con el Motu proprio que también pueden recibir las Iglesias orientales.