Seleccionar página

Durante la terrible sequía que azotó los campos de Nueva Gales, suroeste de Australia, en 2019, un agricultor cristiano presenció un milagro sobrenatural en su improbable cosecha. 

Jarrod Amery, vive en una finca de 6.500 hectáreas a 27 kilómetros de la ciudad de Forbes con su esposa Emma y sus seis hijos. El hombre dio un paso de fe después de tener un sueño profético sobre una abundante cosecha de canola.

«Tuve este sueño, nunca antes me había sucedido nada parecido. Tuve este sueño de esta cosecha de canola y me sentí increíble. Podía ver dónde estaba. Sabía en qué campo estaba la granja», dijo Jarrod.

Al hablar con su esposa sobre el sueño, Jarrod entendió que era Dios quien les hablaba. Entonces, la pareja de agricultores compró semillas de canola e invirtió $36,000 dólares. La actitud se basó en la fe, ya que la siembra adecuada de canola se realiza en regiones frías y en suelos muy húmedos.

“Simplemente sembramos con fe. Le dije a Dios: ‘¿Sabes, Dios? Esto puede empeorar mucho si no haces algo aquí’”, reveló el granjero.

Además, Jarrod quería ser un granjero de fe. “Esto puede sonar un poco inusual, pero le dije a Dios: ‘Quiero ser un granjero sobrenatural’. No para enfatizar mi nombre, sino para mostrarle a la gente que Dios es tan real y tan asombroso”, afirmó.

Milagro y cosecha sobrenatural

Después de cuatro semanas de plantar, Jarrod y su familia vieron el sueño se había hecho realidad en su tierra. Una abundante cosecha de canola brotó del suelo seco y polvoriento. Era la primera vez que alguien cultivaba esa improbable semilla en la región.

En ese momento, Jarrod aseguró: “Estuvimos allí anoche y pensamos que esto era un milagro; estamos en un milagro! Estoy tan emocionado por eso. ¡Es increíble, increíble, simplemente increíble!”.

Jarrod es un agricultor de quinta generación que tuvo que trabajar duro para comprar su gran granja en Australia, donde cría 3.000 ovejas y cultiva trigo, cebada y ahora canola.

El cristiano afirma que la vida en la granja enseña a depender totalmente de Dios. “Esta es una de las cosas que estoy aprendiendo sobre las sequías, simplemente debo confiar en Dios. Servimos a un Dios extraordinario que quiere hacer cosas extraordinarias”, manifestó.

Por último, señaló que, “anticipo buenas ganancias y donaremos algunas de esas ganancias. Porque a Emma y a mí nos encanta bendecir a otras personas. Ser bendecidos para ser una bendición”, concluyó Jarrod.