La solemnidad
Es la celebración del más alto grado, está reservada a los misterios más importantes de nuestra fe. Como Pascua, Pentecostés, Inmaculada Concepción, Cristo Rey, Sagrado Corazón, etc. También se incluyen las celebraciones que honran a algunos santos de particular importancia en la historia de la salvación: Pedro y Pablo y San Juan Bautista.
Algunas solemnidades son fiestas de precepto y otras no: esto depende de la realidad pastoral de cada país. Las solemnidades que caen en domingo se celebran como en el tiempo ordinario y en el período navideño. En cambio, se transfieren a los lunes cuando caen los domingos de Adviento, Cuaresma y Semana Santa.
En la solemnidad, la celebración eucarística incluye tres lecturas, la oración de los fieles, el Credo y la Gloria. También en Adviento o Cuaresma. También tiene sus propias oraciones únicas y, a menudo, también hay un prefacio especial.
La fiesta
Honre algún misterio o título particularmente relevante de Jesús, de Nuestra Señora y de los Santos. Como los apóstoles, los evangelistas y otros de gran importancia histórica como San Lorenzo.
La memoria
Generalmente es la celebración de un santo, pero también podría celebrar algún aspecto de Jesús o María. Este es el caso de la memoria opcional del Santo Nombre de Jesús y de la memoria obligatoria del Inmaculado Corazón de María.
Para la liturgia, no hay diferencia entre memorial opcional y obligatorio. Cada recuerdo tiene al menos una frase inicial propia. Las lecturas pueden o no ser específicas: generalmente se prefiere que se mantengan las lecturas del día para evitar interrumpir excesivamente el ciclo en cada momento; sin embargo hay lecturas específicas que conviene utilizar en el caso de algunos santos, especialmente los mencionados en la Biblia: por ejemplo Marta, María Magdalena y Bernabé.
Un caso especial
La fiesta de los muertos, que se celebra el 2 de noviembre, prevalece sobre el domingo aunque no es una solemnidad.
Variaciones geográficas
A menudo, una celebración tiene una clasificación diferente según la región, ya que algunos santos son más venerados en un lugar que en otros. Luego están las solemnidades, como el Corpus Domini, que puede o no ser un precepto según la conferencia episcopal de cada país.