Constantemente nos acercamos a la Biblia y se nos dificulta comprender algunos pasajes, esto nos hace ver su mensaje como algo lejano o destinado solamente a los estudiosos. También nos dejamos llevar por tendencias que conducen a una lectura simplemente histórica o literaria, lo que reduce la grandeza de esta obra que en definitiva, es Palabra de Dios que nos habla directa y personalmente.
Quisiera que meditaras en estas preguntas por un momento: ¿Has intentado leer la biblia en tu oración personal o en tu tiempo libre?, ¿Piensas que es un texto antiguo que ya no tiene validez o que fue dirigido a personas de otro tiempo?, ¿crees que es una obra difícil de encarnar? Tranquilo, no eres el único que puede pensar de este modo, por eso hoy quiero compartir contigo cuatro importantes ideas que debes tener en cuenta sobre la dedicatoria más grande que nos hizo el Señor: la Biblia.
1. La Biblia es una obra pensada para ti
La Escritura es una obra escrita por Dios, como sabemos, la palabra «Biblia» viene del griego (βιβλία) y hace referencia a un conjunto de libros.
¿Entonces todo un conjunto de libros ha sido pensado solo para mi? Sí, cuando los hombres inspirados por Dios han puesto por escrito todo lo que Dios les ha revelado, han plasmado allí lo que el Señor ha querido decirte y cómo Él ha querido demostrarte su amor. En definitiva podríamos decir que la Biblia, es una historia de amor que se desarrolla entre el Creador (Dios) y la criatura (Tú).
2. ¿Es una obra antigua?
Si bien es cierto que la Biblia fue escrita hace ya bastante tiempo, esto no da pie a pensar que es palabra pasada de moda, es eternamente actual. Pues Dios en su sabiduría infinita, la ha inspirado pensando en cada uno de sus hijos y movido así por su gran amor, ha querido que ella hable a los hombres de todos los tiempos y lugares.
¿Un texto de hace cientos de años, me puede hablar hoy? Suena extraño, pero la respuesta es sí y lo hace de la manera más sabia y cercana posible, pues es Dios mismo quien nos habla. Sacarle provecho a la Biblia puede cambiar tu vida para siempre.
3. Tú historia está escrita en estas páginas
En este punto, quisiera darte un consejo a la hora de leer la Biblia: cuando quieras acercarte a la Palabra de Dios, permítete un tiempo de silencio y oración en el que puedas sentir la asistencia del Espíritu Santo en ti. Luego, al leer el texto que hayas elegido, interioriza cómo lo que dice allí se configura con tu historia de vida, tanto pasada como presente, y cómo esto puede beneficiar tu futuro, tu proceso de conversión y acercamiento a Dios.
¡No olvides que la Biblia fue escrita pensada en ti! y por tanto siempre tendrá algo que decirte.
4. Leer la biblia, influenciará tu vida
Quiero decirte que al momento de leer la Biblia y comprender que te habla de una manera directa y personal, ella como letra viva, se encarna en tu vida y te permite afianzar tu camino espiritual, de tal manera que aquella palabra que lees se hace una contigo y así el Señor obra en ti. La Palabra de Dios sella nuestro corazón, cala hasta lo más profundo y se posa allí como una pequeña rosa, a la que hay que rociar constantemente con agua, una vez que logras compaginar tu vida cotidiana con las Escrituras, te sentirás sediento de la Palabra.
Si quieres entablar una conversación con Dios y conocer cuál es su voluntad en tu vida, aquí va un buen consejo: te recomiendo que todos los días te tomes un momento para leer un pasaje bíblico, puedes tomar nota de una frase o palabra que te llame la atención y meditarla durante el día.
Relacionar nuestra vida cotidiana con la fe y las Escrituras, puede costarnos un poco de trabajo ¡pero tranquilo! para eso estamos aquí, para ayudarte. Te invito a participar en la conferencia online «Luces para cultivar mi fe desde las enseñanzas del Antiguo Testamento» allí comprenderás que la Biblia no es solo un libro que habla de Dios, sino una fuente inagotable de sabiduría, amor y esperanza.
¡No te arrepentirás de acercarte a esta gran carta de amor que Dios te ha enviado!
El sacerdote Robert Spitzer como director del Centro Spitzer para líderes católicos y fundador de seis instituciones académicas, lleva años dedicándose a la formación de evangelizadores. Uno de los temas en los que insiste es el combate espiritual. Destaca cuatro motivos por los que necesitamos a la Iglesia en nuestro día a día, frente a la “falacia” que supone “la espiritualidad privada”, al margen de la Iglesia.
1º) El hombre es un ser comunitario por naturaleza
“Lo primero que debemos hacer es identificar la filosofía de la Ilustración que afirma que el hombre es un ser autónomo y que nos valemos por nosotros mismos”, explica Spitzer. “Eso es una falacia. Todos estamos relacionados, y así es como Dios nos creó. Si partimos de esa base, entonces no tenemos ninguna responsabilidad con la comunidad o con el orden que Dios ha creado, y todas nuestras acciones tendrían un punto de partida erróneo”.
“La primera cosa importante es que no podemos divorciarnos de la comunidad en la que Dios nos ha creado. Y cuanto antes se reconozca, mejor, ya que los hombres necesariamente se encuentran en una comunidad, lo que debemos hacer es encontrar la correcta”, explica el sacerdote.
Por ello, destaca que ideas como la espiritualidad privada se basa en una suposición errónea sobre uno mismo, sobre cómo Dios ha creado el universo y sobre cómo actúa con nosotros: “No somos pequeños autómatas, Él se relaciona con nosotros a través de la comunidad, y con la comunidad a través de nosotros”.
2º) Necesitamos a la Iglesia para conocer la verdad
“¿De verdad crees que puedes intuir cuál es la verdad de las Escrituras por ti mismo? ¿Realmente crees que puedes sentarte en la cama, leer un par de libros de teología y solucionarlo todo sin una Iglesia y una interpretación definitiva?”, se pregunta Spitzer.
De hecho, explica, no podemos ni si quiera ir más allá de nuestros prejuicios. “Necesitamos a alguien a quien acudir para obtener una valoración objetiva de la realidad. Lutero estaba equivocado, no hay forma posible de que un laico con las Escrituras sea más poderoso y capaz que la propia Iglesia, los santos, la sabiduría colectiva de la Iglesia acumulada a lo largo de la historia o el poder del Espíritu Santo”.
3º) Una institución permanente frente a lo mudable del tiempo
Citando al historiador Arnold Toynbee, el sacerdote destaca de la Iglesia Católica que “no hay ninguna otra institución social que se pueda comparar. Ninguna ha durado –ni es probable que dure- 2000 años, ni que esté armada como la Iglesia con la espada de la jerarquía, el escudo del magisterio y el casco del papado”.
La foto recoge la sesión inaugural del Concilio Vaticano II en 1962
“Las instituciones desarrolladas por la Iglesia son las más resistentes, eficaces y duraderas, porque están inspiradas por la voluntad divina. Necesitamos la verdad”, explica, ya que sin ella, por si solos, estaríamos totalmente equivocados, llenos de prejuicios y sin un conocimiento fijo y estable de la verdad y nuestra misión en la vida.
“Jesús fundó la Iglesia porque quería mantenernos en el buen camino”, insiste.
4º) La importancia de los sacramentos y los milagros eucarísticos
El padre Spitzer destaca los sacramentos como uno de los mayores motivos por los que necesitamos a la Iglesia y alude al protestantismo como prueba de lo que ocurre al alejarse de la Iglesia. “Lo primero que perdieron fue la presencia real de Jesús en la Eucaristía, el sacramento de la reconciliación… necesitamos los sacramentos”, alentó.
Por ello, alude también a los milagros eucarísticos. Preguntado por su papel en el combate espiritual, el sacerdote afirmó que “si realmente tienes fe, sabes que incluso notas la presencia del mal a tu alrededor y al decir `en el nombre de Jesús, te ordeno que te vayas´, el retrocede ante su nombre. Hay un poder en ese nombre que el diablo no puede resistir”.
El sacerdote enumera algunos de los casos más representativos y se detiene en el de agosto de 1996, en la parroquia de Santa María, Buenos Aires. El sacerdote Alejandro Pezet fue advertido por un feligrés de una hostia que había sido arrojada al suelo. Días después, tras colocarla en un recipiente con agua en el sagrario, apareció convertida en carne ensangrentada, con un tamaño mayor que el de la hostia original.
Al ser analizada en laboratorio, se concluyó el hallazgo de células humanas vivas de la sangre y de tejido de un corazón humano, destacando por que las células se movían o latían como lo harían en un corazón humano vivo.
El prestigioso cardiólogo Frederic Zugibe declaró que “el material analizado es un fragmento del músculo del corazón que se encuentra en la pared del ventrículo izquierdo”, que “el corazón estaba vivo en el momento en el que se tomó la muestra” y que “había estado bajo estrés severo, como si el propietario hubiera sido severamente golpeado en el pecho”.
Tanto los sacramentos como cada uno de estos milagros son una muestra de cómo el Espíritu Santo actúa en nuestras vidas, concluye Spitzer. “Dios nos va a dar suficientes pruebas para que, si miramos con los ojos de la fe y estas abierto a la posibilidad de que Él te ame y te guíe, sepas que está presente en nuestras vidas, aquí y ahora”.
Un confesionario móvil. Impresionante, ¿no? Sin embargo, esto es lo que propuso el padre Rafał Jarosiewicz, sacerdote de la diócesis de Koszalin-Kołobrzeg (noroeste de Polonia), cuya iniciativa fue bendecida por el obispo. El hombre de Dios, de esos valientes, ha transformado un Mercedes Vito: en la furgoneta no hay paletas, sacos de cal ni cubos, sino un bonito confesionario de madera clara y un hombre de Dios dispuesto a dejar que sientas la gracia.
Este lugar está destinado, antes que nada, a aquellos que tienen problemas para confesarse y no se encuentran cómodos con este sacramento. Un medio para permitirles redescubrir de manera espontánea este don de abrir sus corazones al amor de Dios. «Tiramos la basura, no la guardamos», se puede leer en letras grandes en el lado izquierdo del vehículo. Mientras una flecha apunta: «Aquí te puedes confesar. No olvides que Dios te ama y trata por todos los medios de que lo sepas ».
Una idea de Woodstock
«Las personas que se confiesan aquí luego normalmente van a la iglesia y vuelven a confesarse», explica el padre Rafał Jarosiewicz.
La idea nació hace algunos años del padre Jan, que fue a Woodstock [Przystanek Woodstock, un festival de música al aire libre que se celebra anualmente en Polonia, N.d.R.] con un coche en el que se podía leer: «Sacerdote a bordo». Comenzó a confesar en medio de los gritos, el caos y la música. Numerosos jóvenes se reconciliaron con Dios.
El confesionario de cuatro ruedas salió de gira por primera vez hace cinco años. Misionero de alma, el padre Rafał Jarosiewicz no duda en salir a la calle a repartir folletos e interactuar con unos y con otros, respetando siempre la libertad de cada uno. Lleva su confesionario ambulante a todas partes: frente a un bar, cerca de un festival o concierto, al lado de una facultad universitaria … y acepta alquilarlo para diversas iniciativas de evangelización en Polonia y en el extranjero. Hace unos tres años, se vio una idea similar en los Estados Unidos: un sacerdote transformó un vehículo de emergencia en una «ambulancia espiritual».
Esto recuerda las varias iniciativas que han aparecido en Francia en los últimos meses, impulsadas por GoConfess, una aplicación lanzada en 2017 que permite geolocalizar un confesor en las cercanías. El movimiento Anuncio, propone una “lavandería divina” en las playas durante el verano, dentro de la cual los sacerdotes escuchan las confesiones de quienes lo desean. Cada uno con su propia técnica.
En su primera misa presencial como presidente de la Conferencia de Obispos de Colombia, José Luis Rueda, arzobispo de Bogotá, ha expresado a todos los empleados y hermanos obispos su cercanía.
“Nosotros elegidos por la Asamblea del Episcopado debemos entender en la voluntad de nuestros hermanos obispos, la voluntad de Dios”, por eso “aquí estamos y debemos tener la alegría de poner la confianza en él”.
Por tanto “cada uno de ustedes, en su servicio también ha sido llamado, esto es más que una tarea, esta es una vocación dentro de la Iglesia, la respuesta de nuestra parte la manifiesta el salmo que anima a la disponibilidad gozosa y confiada para decirle al Señor: Aquí estoy para hacer tu voluntad”.
Confianza en Dios
El arzobispo ha resaltado en la homilía que “a través del Bautismo recibimos la gracia de participar del pueblo santo de Dios que es su Iglesia”, puesto que “es para estar con Él y enviarnos a la misión, nosotros queremos estar siempre disponibles para servir”.
“En cada misión o en cada trabajo, nos da la certeza los que realizamos la obra, que somos sus instrumentos, sus obreros, hombres y mujeres, pero que requiere que pongamos la confianza en él, que no nos extraviemos del camino, que seamos capaces de decirle al Señor aquí estoy para hacer tu voluntad”, acotó.
En la eucaristía también han participado Omar Alberto Sánchez, arzobispo de Popayán y vicepresidente, Luis Manuel Alí, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general, sacerdotes, religiosas, religiosos directivos de los departamentos de la Conferencia Episcopal.