Lamentablemente, la música, considerada una gran oración por San Agustín – “El que canta dos veces reza” -, hoy es motivo de caída para muchos. Se ha descuidado cualquier principio moral, cultural o artístico de la música, teniendo en cuenta solo el aspecto comercial.
En una sociedad como la nuestra, en la que la cultura no existe, la gente hace “cualquier basura” y la esparce entre la gente. Creo que incluso nuestros músicos brasileños (¡que son muy buenos!) Sienten un verdadero repudio por lo que se escucha en las radios del país.
Que el estilo de música que estamos presenciando en estos días es una aberración, cualquiera que tenga buena conciencia lo sabe, pero es el lado espiritual el que me gustaría abordar con ustedes. Si miramos a lo humano, veremos que toda esta musicalidad fue creada solo para incrementar el comercio y generar millones de dinero. Después de todo, para una población que no tiene educación y vive en condiciones de pobreza, el atractivo sexual es muy fuerte; sin embargo, detrás de todo esto, hay un plan destructivo para el hombre.
El diablo es el gran creador de esta ola de sexualidad y erotismo presente en la música. Sabe que le queda poco tiempo y Jesús triunfará, por eso el enemigo está usando todas sus armas para acabar con el ser humano, y una de ellas es la música.
La música tiene un poder enorme sobre los hombres, afecta directamente a nuestras emociones y puede crear en nosotros cualquier tipo de sentimiento; es como si nuestras actitudes estuvieran condicionadas por lo que estamos escuchando. Esto puede estar dirigido tanto al bien como al mal, porque si una canción puede calmarnos también puede llevarnos a un acto violento .
Toma una decision
Las canciones, con su ritmo y sus frases repetidas (falta de creatividad), entran en nuestra cabeza de una forma tan violenta que, incluso sin querer, las conocemos todas. Imagínense lo que les sucede a nuestros hijos : se les está moldeando de acuerdo con estas canciones, se visten y actúan de acuerdo con lo que están escuchando.
El sexo es una de las mayores debilidades humanas, pero esta vez, los principales objetivos son nuestros hijos. Los niños están descubriendo la sexualidad a una edad más temprana y saltando etapas de la vida. ¡Ya no hay niñez, una etapa tan necesaria en la vida de una persona!
Si se nos hace difícil desprendernos de lo que escuchamos, ¡para los niños es imposible! Dejar que nuestros hijos escuchen este tipo de música, que solo habla de sexo y violencia, es condenarlos no solo a muerte , sino a toda una generación que vendrá después. Está destruyendo nuestra propia historia familiar, nuestra moral y nuestros principios.
Así que tome una decisión ahora: elimine de su vida lo que está destruyendo a sus hijos ya su familia; aunque esto sea difícil, necesitamos iniciar un proceso de limpieza en nuestros hogares y con los nuestros, no podemos dejar este veneno que, seguramente, nos destruye al quedarnos en medio de nosotros.
Este martes, el Vaticano ha presentado la reforma del Libro VI, el que se refiere a la normativa penal, con la incorporación de nuevos tipos delictivos, entre ellos, los que afectan a menores y personas que requieren la misma protección. Como novedad, castiga la posesión y distribución de pornografía infantil.
«El nuevo texto aporta modificaciones de diverso tipo al derecho hasta ahora vigente, y sanciona algunos nuevos tipo penales. De modo particular, muchas de las novedades presentes en el texto responden a la exigencia cada vez más extensa dentro de las comunidades de ver restablecida la justicia y el orden que el delito ha quebrantado», señala el Papa en el texto de la constitución apostólica Pascite Gregem Dei con la que se hace efectiva la reforma.
En concreto, la nueva redacción –elaborada por el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, a quien encomendó esta tarea Benedicto XVI– incluye un artículo específico sobre el abuso a menores, que considera como delito contra la vida, la dignidad y la libertad del hombre. En la redacción anterior aparecían dentro de los Delitos contra las Obligaciones Especiales.
«Sea castigado con la privación de oficio y con otras justas penas, sin excluir, si el caso lo requiriese, la expulsión del estado clerical, el clérigo que comete un delito contra el sexto mandamiento con un menor o persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón o a la que el derecho reconoce igual tutela», se puede leer en la nueva versión que entrará en vigor el próximo 8 de diciembre.
Además, el citado canon incluye la inducción o el reclutamiento de menores para que se exponga pornográficamente o para participar en exhibiciones pornográficas tanto verdaderas como simuladas, así como la adquisición, conservación, exhibición o divulgación, en cualquier forma y con cualquier instrumento, de pornografía infantil.
Además, estas disposiciones serán de aplicación –y esto es una novedad también– a los miembros de un instituto de vida consagrada o sociedad de vida apostólica y a cualquier fiel «que goce de una dignidad o ejercite un oficio o una función en la Iglesia».
Por otra parte, añade la previsión de penas para «quien omite la comunicación de la noticia del delito, a la que estaba obligado por ley canónica» o a quien «no ejecute una sentencia».
En esta materia, según Filippo Iannone, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos «hay una novedad que es indicativa de la voluntad de resaltar la gravedad de estos delitos y también la atención que hay que prestar a las víctimas». Se refiere, dijo a Vatican News, a enumerar estos tipos dentro del capítulo de Delitos contra la vida, la dignidad y la libertad del hombre del Código de Derecho Canónico.
En este sentido, el Papa Francisco señala en Pascite Gregem Dei que estas modificaciones vienen a poner fin a los daños ocasionados en el pasado por la «falta de comprensión de la relación íntima que existe en la Iglesia entre el ejercicio de la caridad y la actuación de la disciplina sancionatoria». «Este modo de pensar conlleva el riesgo de temporizar con comportamientos contrarios a la disciplina, para los cuales el remedio no puede venir únicamente de exhortaciones o sugerencias. […] Por eso, por parte de los pastores y de los superiores resulta necesaria la aplicación de las penas. La negligencia del pastor en el empleo del sistema penal muestra que no está cumpliendo fiel y rectamente con su función», añade justo antes de citar los motu propio Como una madre amorosa y Vos estis lux mundi.
Delitos económicos y patrimoniales
Por otra parte, la reforma del Código de Derecho Canónico incluye un artículo en el que establece penas para los clérigos o religiosos que cometan un delito en materia económica, donde, además, se impone la obligación de reparar el daño. También se castiga la sustracción de bienes eclesiásticos o la enajenación de estos o su administración sin consulta, consenso o licencia, así como la gestión negligente de los mismos.
Según Iannone, estas novedades «pretenden poner en práctica, traducir en normas, los principios sobre los que vuelve continuamente el Papa Francisco. «El principio de transparencia en la administración de los bienes y el de la buena gestión de los bienes. Por lo tanto, se castigan los abusos de autoridad, la corrupción, la malversación y la mala gestión del patrimonio eclesiástico. También se castiga la actividad de los administradores que, en beneficio propio o por favores a terceros, gestionan el patrimonio sin respetar las normas establecidas», ha explicado.
El exorcista Monseñor Stephen Rossetti. sacerdote en la diócesis de Siracusa (Estados Unidos), compartió una increíble historia en su Diario de un Exorcista en el que cuenta lo que ocurrió dos días antes de que pudiera concluir exitosamente un exorcismo.
Todo comenzó hace algunos meses cuando una mujer acudió al sacerdote porque estaba siendo acosada por alguna entidad demoníaca. “Tenía la esperanza de que solo estuviera oprimida y no poseída”, recuerda Mons. Rossetti. “Esta joven tenía muchos signos de posesión, incluido el despertar con grandes marcas de corte en la espalda y cruces al revés quemadas en su cuerpo. Pero luego me envió una imagen que hizo la noche anterior que eliminó toda duda”.
Imagen dibujada por la mujer en estado de trance. Créditos: Exorcist Diary.
El sacerdote logró identificar al demonio que atacaba a la mujer, se trataba de Baphomet.
“Durante meses, la joven afligida ha tenido visitas nocturnas y tormentos por parte de los demonios. Al estar poseída, es capaz de ‘ver’ algo del mundo sobrenatural. Dijo que ve a Baphomet todas las noches; al principio era enorme y estaba sentado en un gran trono. Ahora, cuando el exorcismo ha cobrado su precio, Baphomet parece pequeño y sus cuernos están en llamas. Ella agregó que su rostro está contorsionado por el dolor y está furioso. Mientras oramos, ella puede escuchar los gritos de los demonios”, narra el sacerdote.
El arcoíris y la coronación de la Virgen María
Hasta allí, Mons. Rossetti continuó practicando exorcismos con el fin de debilitar al demonio y lograr su expulsión. Luego de varias sesiones, el sacerdote logró liberar a la mujer.
“Está terminado. El horrible caso de la posesión, por el cual muchos de ustedes ayunaron y oraron generosamente, finalmente ha terminado. Baphomet y sus secuaces se fueron“, cuenta el sacerdote. Pero menciona un curioso episodio que relaciona con la liberación:
“Dos días antes, mientras se colocaba la corona de mayo en la estatua de Nuestra Señora, el P. Ray, un gran sacerdote y uno de nuestros guerreros espirituales, se sorprendió al ver a sus feligreses ponerse de rodillas en un silencio reverente. Al volverse, vio este raro ‘arcoíris de fuego’ en el cielo“.
Y a continuación comenta: “En las últimas semanas, había estado ordenando a los demonios, usando las palabras del Rito, que me dijeran el día, la hora y el signo de su partida: ‘Dicas mihi… diem et horam, éxitus tui, cum áliquo signo’. Aparentemente en vano. En la siguiente sesión después de esta señal celestial, la joven afligida fue liberada. Quizás Nuestra Señora misma, en la misericordia de Dios, respondió a la pregunta”.
Finalmente el sacerdote se pregunta:
“¿Era el arcoíris de fuego un signo de la inminente liberación de una poseída? ¿O quizás sea una señal del próximo fin de la pandemia? ¿O ambos? Sea lo que sea lo que presagió, sabemos que la Santísima Virgen nos está sonriendo, protegiéndonos y bendiciéndonos.