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¿Sabes cual es el método correcto de «desechar» artículos religiosos bendecidos?

¿Sabes cual es el método correcto de «desechar» artículos religiosos bendecidos?

Los objetos religiosos que fueron bendecidos por un sacerdote pueden romperse o desgastarse debido al uso. En ese caso, se debe actuar con respeto y deshacerse de ellos adecuadamente.

De acuerdo al numeral 1171 del Código de Derecho Canónico, “se han de tratar con reverencia las cosas sagradas destinadas al culto mediante dedicación o bendición y no deben emplearse para un uso profano o impropio, aunque pertenezcan a particulares”. 

En el caso de que los objetos no puedan ser reparados, la tradición señala que deben ser quemados o enterrados. Si un objeto fue quemado, entonces las cenizas también deben enterrarse.

La tradición de devolver objetos bendecidos a la tierra proviene de la idea de que un objeto bendecido en nombre de Dios debe regresar a Él, del mismo modo que una persona es enterrada.

En 1874, la Sagrada Congregación para los Ritos y el Santo Oficio emitió determinaciones formales sobre los métodos de eliminación apropiados para los objetos benditos. 

Cualquier lino, vestimenta o paño de altar debe ser quemado y las cenizas enterradas. 

En el caso del agua bendita en exceso o contaminada, se debe verter directamente en el suelo. 

Mientras que las palmas se deben quemar y las cenizas se usarán para el Miércoles de Ceniza. 

En tanto, un Rosario o estatua debe ser enterrado.

Lluvia de pétalos en cementerio de Islas Canarias en día de los difuntos.

Lluvia de pétalos en cementerio de Islas Canarias en día de los difuntos.

El cementerio de Las Manchas en la isla de la Palma se encuentra incomunicado, por eso los familiares de quienes allí reposan no pudieron visitarles como es tradición en el día de los Fieles Difuntos. Por eso las Fuerzas Armadas se las ingeniaron para rendir un homenaje a los difuntos en nombre de todos sus familiares. 

El volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, situada en el archipiélago de las Islas Canarias, en el océano Atlántico, en el noroeste de África, sufre desde el pasado 19 de septiembre la creación de un volcán y su erupción.

El paso de las coladas de lava han incomunicado algunas partes de la isla, entre ellas el cementerio de Las Manchas, que se encuentra dentro de la zona de exclusión definida por la erupción del volcán y en la que es imposible entrar. 

Por eso, con motivo de la festividad de Todos los Santos, las Fuerzas Armadas decidieron rendir un homenaje a todos los difuntos que se encuentran en ese cementerio y cuyos familiares no podrán visitarlos en tan destacada fecha, según reportó Gran Canaria Televisión. 

Un helicóptero Super Puma de las Fuerzas Armadas lanzó pétalos de flores en la zona cercana al cementerio, y personal de la Unidad Militar de Emergencia (UME) y del Ejército de tierra también acompañaron esta ofrenda floral. 

Hermano, no ocultes tu amor a Jesús, tu amor lo alegra.

Hermano, no ocultes tu amor a Jesús, tu amor lo alegra.

Querido amigo:

No te conozco, pero espero que este mensaje te llegue. Quiero agradecer tu inmenso amor por Jesús, escondido, prisionero de amor en el Sagrario. 

Sé que vives aquí, en Ecuador y a diario, camino a tu trabajo, en las mañanas, te desvías media hora por un camino casi intransitable.

Conduces el auto hasta un pequeño y hermoso oratorio, donde encuentras a Jesús, a menudo olvidado, en aquel sagrario.

Sabes que Jesús en ese sagrario, pasa solo, y te está esperando. Sientes la necesidad de ir a verlo y estar con Él. Es increíble lo que haces por Jesús, el amor que le demuestras.

Tú alegras a Jesús

La verdad es que él está muy ilusionado pensando en ti, sabiendo que irás a visitarlo. Le alegras el día. Le haces compañía.

Rezas por todos nosotros, por los sacerdotes, las almas del purgatorio, la conversión de los grandes pecadores.

Al rato te despides y conduces feliz hacia tu trabajo.

Estas maravillosas experiencias las has guardado muy dentro de ti y solo por casualidad nos enteramos.

Un amigo mutuo, que es sacerdote, me lo ha contado ilusionado. Se enteró de tu extraordinaria hazaña, que lo es, de tu nobleza y vida espiritual y el ejemplo que nos das, porque en una conversación casual le contaste  lo que hacías.

Una emocionante coincidencia

“Voy”, le dijiste, “y le dejo a Jesús saludos de un tal Claudio de Castro, que escribe en Aleteia y siempre pide que saluden a Jesús en el sagrario de su parte”.

No lo sabías, pero ese sacerdote también era mi amigo. Cuando escuché la historia sonreí emocionado, quedé de una pieza, admirado y feliz. ¡Apenas me lo creía! ¡¡Qué maravilla!! 

Me encanta cuando alguien me comenta que visitó a Jesús en el sagrario y este le cambió su vida.

Jesús es muy generoso, un gran amigo, deseoso de llenarte con gracias abundantes para fortalecerte y de que puedas salir adelante en medio de tus dificultades y temores. Es el mejor de los amigos.

Gracias por amar tanto a Jesús. 

¿Te pido un favor? Cuando vayas no dejes de saludarlo de mi parte. Dile: “Jesús, Claudio te manda saludos”.

¡Dios te bendiga!

Hermanos cristianos, aceptemos la gracia del Señor.

Hermanos cristianos, aceptemos la gracia del Señor.

La oración no se hace; se recibe. Y sin embargo, persistimos en una manera equivocada de lenguaje, la de ‘hacer oración Y aunque parece una ingenuidad perdonable, es una barrera que, en otro momento del proceso interior, impide el progreso en la oración, lo malinterpreta, lo rechaza. El ‘hacer’ tiene que pasar a ‘dejar hacer*. La más profunda forma de ‘escuchar’, es la ‘pasividad’; ‘dejar que algo nos llegue’, que nos llegue Dios… Aceptar nuestra condición de aprendices de Dios y ‘dejar de querer apoderarse de Dios para acogerlo y contemplado’.

Tarea pedagógica es crear condiciones de pobreza, de simplicidad, en que pueda revelarse el amor de Dios (Rm. 5,5). Dios está ocurriendo en nosotros. Despertar pobremente a ese acontecimiento que nos ocurre ahora, es la gracia de la oración.

Despertar a ese Acontecimiento de un Dios que vive en nosotros es la oración. Y la clave -poco entendida- es entender el propio despertar ante el rostro de Dios, es el nivel de nuestra propia ‘desapropiadón’-dice Juan de la Cruz-; despojo, pobreza, sencillez… Tal despojo afecta a toda la persona: ‘el hombre todo entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad’ (GS 3). Realizar la aproximación al misterio es cuestión de fe, de pedagogía adecuada y de paciencia para caminar siempre…

¡Cosa de pocos…! (Noche I, 9,9).
Es recurrente -aunque siempre válida- la anécdota:
Maestro, ¿por qué el camino de la interioridad es tan difícil?
El maestro responde: – Porque pasa por uno mismo.

Al no saber quiénes somos de verdad, -nuestra gran confusión sobre nuestra identidad- nos hace preguntamos sobre quién, o qué, o cómo ponerse en la presencia de Dios. A esto responde san Juan de la Cruz quien, paradójicamente afirma que hay que ponerse en la presencia de Dios sin cómo, sin manera ni modo (Subida II, 4,5). Hay que pasar, dice, al no saber… Entenderlo esto es un modelo especial de pobreza que, tarde o temprano, nos ha de ocurrir… Tal pobreza también ha de afectar al cuerpo de quien ora… ¡También el cuerpo tiene que entrar en esa ámbito necesario de ‘no saber’.

Entonces puede ‘padecer’ la influencia secreta del Dios que lo habita (1 Co 3,16).

¡Dios habla sin parar; sólo se oye cuando uno se detiene… Son pocos, al parecer, los que se detienen… No saben darle pobreza a su cuerpo.