El arcángel Miguel es uno de los ángeles de mayor rango. En la Biblia vemos una referencia de Miguel en Daniel 10:13. Cuando ayudó al arcángel, Gabriel, que le estaba trayendo una respuesta a Daniel.
El ángel al que asistió el arcángel Miguel había estado en guerra con el príncipe de Persia durante 21 días. Es más que probable que el príncipe de Persia sea un principado, un ángel caído o un espíritu maligno. Este espíritu rondaba el reino de Persia.
El arcángel Miguel también aparece en momentos importantes en las Escrituras y en la historia. En Apocalipsis 12: 7, lo encontramos echando al enemigo a patadas. Dice : «Y hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón; y el dragón peleó contra los ángeles y no prevaleció; ni se halló más su lugar en el cielo».
Además, cuando el enemigo intenta reclamar algo a lo que no tiene derecho, vemos ángeles en medio. Judas 9 dice: «Sin embargo, el arcángel Miguel, al contender con el diablo, disputaba sobre el cuerpo de Moisés, no presenta contra él una acusación de maldición, sino que dice: El Señor te reprenda».
¿Qué sabemos sobre los arcángeles?
No todos los ángeles son del rango de arcángel, pero Miguel ciertamente se encuentra entre los rangos de estos. Los eruditos dicen que hay siete arcángeles. Lea Apocalipsis 8: 2 , “Y vi a los siete ángeles que estaban delante de Dios; ya ellos se les dieron siete trompetas ”. Por lo que he estado leyendo en la Biblia, Dios a veces envía ángeles para hablar con los humanos.
Los arcángeles conducen la voluntad de Dios. Son feroces y poderosos. Saben cómo manejar al diablo y proteger el trono de Dios. Gabriel también se menciona a lo largo de las Escrituras. Lea Daniel 8 comenzando en el versículo quince. El versículo dieciséis te da el nombre de Gabriel.
Gabriel se menciona en Daniel 9:21 . Gabriel anuncia el nacimiento de Jesús en Lucas 1:19, 26. Ángel tuvo que decirle a María que no tema. Los ángeles son mensajeros de Dios y su visitación no debe tomarse a la ligera. Visitan a propósito para entregar un mensaje, proteger o ejecutar un juicio.
Cuando vea que suceden cosas, sepa que Dios está trabajando en nuestro nombre y que los hijos de Dios están colaborando junto con Él. Job 1: 6 se refiere a los ángeles como hijos de Dios. Cuando Dios creó la tierra, los hijos de Dios estaban presentes y gritaban con gozo ( Job 38: 7 ).
3 hechos importantes sobre el arcángel Miguel
Es importante para transmitirle un mensaje a Daniel. Si era significativo entonces, lo es ahora. No se sabe lo que Dios quiere que haga, a quién quiere que proteja o qué mensaje está transmitiendo. El hecho de que no veamos todo lo que está escrito en la Biblia no significa que no haya ocurrido más.
Al igual que otros ángeles, y más aún, es de apariencia feroz. Cuando hay una referencia a un ángel en la Biblia, generalmente ves las palabras no temas. Los ángeles son sin duda enormes en estatua y muy intimidantes.
Es un mensajero de Dios y, al igual que los otros ángeles, no debe ser adorado. Dios es un Dios celoso y los ángeles conocen su lugar y lo más probable es que quieran mantenerlo. Una tercera parte de los ángeles ya fue expulsada y esa es sin duda la motivación para mantenerla unida y que caigan en el error de Satanás.
La santidad es un don que se me regala. Un manto de amor que cubre mis mezquindades. Una ofrenda que Él hace para que simplemente yo sea ofrecido.
No tengo miedo, espero, aguardo, medito. Dice la Biblia:
«Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrificio por los pecados y se sentó para siempre a la derecha de Dios. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos».
Yo me empeño en salvar el mundo. Doy pasos, muevo las manos y pronuncio palabras.
Me invento melodías que calmen el alma. Pinto sobre un lienzo un amanecer eterno. Y espero a que Dios sonría conmovido.
Su ofrenda ya basta. Su entrega en la cruz me sigue conmoviendo. Ese instante de dolor ante el que rezo.
Qué imperfecto soy y Jesús igual viene
Pero me gusta más Jesús cuando cura al enfermo, levanta al caído, abraza con misericordia, libera al endemoniado, sana al que está roto, teje las heridas abiertas, juntando los extremos del alma partida.
Me gusta más ese Jesús que camina de un lado a otro de la orilla del lago o sube a la montaña más alta para decir sus palabras.
O guarda silencio cuando quieren tentarlo o simplemente escribe sobre la arena palabras que yo no entiendo.
Me gusta más ese Jesús que no espera a que yo cambie para darme su abrazo, a que lo haga todo bien para entrar en mi camino.
No me suplica que cambie para caminar sobre las aguas. Ni espera que crea como para mover de lugar una montaña.
Solo busco amor
Y yo le pido que aumente mi fe como un moribundo al borde de la muerte. Es tan sencilla mi forma de ver la vida que a Él le agrada.
Sabe que sólo quiero amar y ser amado. En esto me desgasto recorriendo esta tierra. Habitando lugares y soñando misiones.
Y creo que sin mí nada será hecho. Y gracias a mi entrega su reino será hondo. No lo tengo tan claro porque he visto mi debilidad y he sentido mis pecados.
¿Mi ofrenda vale tan poco o es la suya la que vale? Ofrezco lo que tengo, y lo que he perdido.
Lo ofrezco todo como un niño que sólo sueña con el cariño de los que le rodean. Lo que me cuesta, lo que me duele. Decía el padre José Kentenich:
«Y si durante el día se me exige algún sacrificio, aunque fuese el más duro, estoy dispuesto a ofrecerlo. Y si me retraigo, ¿no significa eso saltar de la cruz?».
José Kentenich, Las fuentes de la alegría sacerdotal
Aceptando lo negativo de mi vida
Jesús ofreció lo que más le dolía sin bajarse en ningún momento de la cruz. Así quiero vivir yo y quiero ofrecer lo que me duele.
La renuncia que no he buscado y acepto con humildad. La ocasión que Dios me da para entregar la vida con sencillez.
Mi sacrificio diario. Cuesta darle mi sí a ese Dios que se abaja sobre mí para recibir mi ofrenda.
¿Necesita mi ofrenda? Sólo quiere que le dé mi sí alegre y confiado. Quiere que llegue a su presencia sin miedo y sin angustia.
Quiere que me ponga en sus manos para que pueda utilizarme a su manera, según sus formas.
Yo huyo del dolor, del sufrimiento, de lo que no me gusta. Detesto lo que me hace daño y me aparto de lo que es tóxico y me hiere por dentro.
Todo lo recibido… lo ofrezco
Sé que la vida es corta y todo lo que tengo es un don. No puedo sino ofrecer mis días, mis años.
Ofrezco lo que no me gusta y sólo me cabe aceptar. Sonrío cuando me duele y la vida se agarra con uñas y dientes a mi piel.
Ofrezco lo que me agrada y temo perder. El tiempo del que disfruto. El momento sagrado en el que amo.
Ofrezco lo que me alegra, lo que me hace vivir con un sentido. Sé que ofrecer es entregar con un sentido.
Para que Dios se sirva de mi vida para dar vida a otros. No importa dónde ni cómo.
Mi santidad es de Dios
Mi santidad no es un don logrado sino una gracia que se regala a todos los que la precisan. Eso me alegra y me gusta. Ensancha el alma.
Sufrir con un sentido vale la pena. Es como la semilla que para dar fruto tiene que morir antes. Sólo muriendo vivo. Sólo entregándola como ofrenda mi vida tiene un sentido.
Amo esa ofrenda que duele y al doler se ensancha el alma, se agranda el corazón y el camino se vuelve más claro.
Me gusta ofrecer lo que soy, lo que tengo, lo ganado, lo perdido. Ofrezco todo para que Dios disponga a su gusto.
Acojo en mi corazón los miedos que me impiden darme. Dios lo sabe todo, eso me consuela y me hace sonreír.
Esa es la santidad que sueño, el don que le pido. Su Espíritu cubre mi carne y la eleva.
«Si te has decidido a servir al Señor, prepárate para la prueba. Conserva recto tu corazón y sé decidido, no te pongas nervioso cuando vengan las dificultades», dice la Biblia
Todos, en algún momento de nuestras vidas atravesamos situaciones muy difíciles, para las que no estamos preparados y no sabemos cómo salir de ellas.
No creas que por escribir mis libros y estos artículos en Aleteia me veo libre de ellos. Al contrario, soy probado a menudo con más fuerza y rigor.
Estoy claro en esto: “Somos discípulos de un crucificado, no esperes que te traten mejor que a Él.”
Incomprensiones y sufrimientos
El mundo no comprende a los seguidores de Jesús. ¿Quién puede comprender eso de perdonar siempre, sobre todo a tus enemigos? No es un plato fácil de pasar. A veces el daño que nos hacen es tan grave que cuesta muchísimo perdonar y olvidar.
Igual ocurre con los malos momentos. Suelen ser inesperados y nos llenan de tribulación y pena.
Para mí la Biblia es una fuente inagotable de respuestas. Cada vez que tengo dudas, busco en la Biblia que tengo en casa, al lado de mi cama, al alcance de la mano. Y luego reviso el Catecismo de la Iglesia católica.
La prueba
Recuerdo hace unos años que atravesé una situación muy desagradable. Me acusaban injustamente y yo rezaba y le decía a Dios: “Trato de servirte, ¿por qué me ocurre esto? No tiene sentido».
Salí al patio interior de mi casa y me senté en una banca a rezar el Rosario, la oración más cristocéntrica que existe.
¡Fue increíble! A medida que rezaba me inundaba una gran paz y podía pensar con serenidad. Ahora sabía lo que debía hacer y quién tenía las respuestas que necesitaba.
Acudí a mi Biblia en busca de una solución. Lo que encontré me dejó de una pieza, maravillado, arrepentido de haberme quejado tanto:
«Si te has decidido a servir al Señor, prepárate para la prueba. Conserva recto tu corazón y sé decidido, no te pongas nervioso cuando vengan las dificultades. Apégate al Señor, no te apartes de él; si actúas así, arribarás a buen puerto al final de tus días. Acepta todo lo que te pase y sé paciente cuando te halles botado en el suelo. Porque, así como el oro se purifica en el fuego, así también los que agradan a Dios pasan por el crisol de la humillación. Confía en él y te cuidará; sigue el camino recto y espera en él”.
La oración te lleva a confiar
Ahora lo comprendía todo. Acepté los sufrimientos y los ofrecí a Dios por la conversión de los pecadores, por aquellas personas que injustamente querían lastimarme.
“Señor”, le dije, “Confiaré en ti”.
Al final todo se solucionó de la mejor manera. Fue una experiencia de fe, maravillosa, de la que extraje una gran enseñanza.
¿Puedo pedirte un favor? Reza por nosotros. En Aleteia rezamos por ti y tus necesidades.
La novena comenzará el 12 de noviembre y será transmitida a través de las redes sociales y el canal de YouTube de Magdala.
En un comunicado, Magdala recordó que “la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, o conocida también como ‘Solemnidad de Cristo Rey’, es una celebración que primeramente fue instituida por el Papa Pío XI para el último domingo de octubre”.
“Actualmente, esta Solemnidad tiene un enfoque más cósmico y escatológico, por lo que se ubica al final del año litúrgico, e incluso apunta también a los contenidos del tiempo de Adviento”, señaló.
Magdala subrayó que “para esta Novena a Cristo Rey estamos llamados a la confianza en Dios y a creer en su infinita misericordia con el mundo entero”.
Para ingresar al canal de YouTube de Magdala y sumarse a la Novena a Cristo Rey desde Tierra Santa puede ingresar AQUÍ.
En su artículo “Un guardián llamado pudor”, el P. Eduardo Hayen Cuarón, director del semanario Presencia de la Diócesis de Ciudad Juárez (México), recordó el dramático caso de la joven Serena Fleites, que grabó un video sexualmente explícito para su entonces novio cuando tenía apenas 13 años.
La grabación terminó publicada en la plataforma pornográfica PornHub, acusada de difundir videos de violación de niños y tráfico sexual.
Serena, actualmente de 20 años, llegó a pensar que “ya no valgo nada porque ahora todos han visto mi cuerpo, y cayó en una profunda depresión que la arrojó al mundo de las drogas.
Actualmente alejada de la adicción, la joven es la cara visible de un proceso judicial abierto por varias mujeres con casos similares contra PornHub.
El P. Hayen Cuarón cuestionó en su artículo: “¿Por qué Serena se sintió tan afectada, hasta el punto de sentirse sin valor como persona?”.
“Por la sencilla razón de que el cuerpo humano no fue creado para que los demás lo vieran con ojos perversos. Todos tenemos un instinto que se llama ‘pudor’”, dijo.
“Se trata de una vergüenza natural por exhibir las partes íntimas del cuerpo a otras personas, o por escuchar a otros hablar con detalles sobre sexualidad”, añadió.
El sacerdote mexicano indicó que el pudor además “tiene que ver con los secretos de nuestra alma que no queremos revelar a cualquiera. De esa manera el pudor es un don que Dios nos ha dado para custodiar nuestra dignidad de personas”.
“Nadie debe sentirse mal por sentir incomodidad al hablar de temas sexuales. Es natural que venga el pudor como defensa de algo íntimo porque, en realidad, el sexo es una realidad sagrada y digna de respeto”, subrayó.
El P. Hayen Cuarón remarcó que “lo que es sagrado siempre se coloca en un lugar aparte y debe ser custodiado como algo muy especial”.
Tras reiterar que “el sexo es algo sagrado”, el sacerdote explicó que “Dios lo creó para unir al hombre y a la mujer en intimidad. Es sagrado porque a través de él, Dios llama a las personas a la existencia”.
“Dios quiere que lo tengamos como algo especial y muy importante en nuestras vidas, y no que se hable de sexo como se habla de futbol o de cocina”.
“Para proteger ese instinto que Dios nos ha dado, es mejor evitar ver imágenes sexuales explícitas o discutir sobre ello”, indicó.
El sacerdote señaló que “cuando cultivamos el pudor en la manera de vestir, tapamos esas partes de nuestro cuerpo que no queremos descubrir, para que la mirada de los demás se dirija hacia nuestro rostro y ojos”.
“De esta manera estamos indicando a qué nivel queremos relacionarnos en nuestra comunicación interpersonal, no a nivel de deseos carnales sino a nivel de personas espirituales”, expresó.
El P. Hayen Cuarón recordó luego que “San Juan Pablo II, en sus catequesis sobre el amor humano, explica que cuando la otra persona se reduce a puro ‘objeto para mí’, –cuando la miro con ojos únicamente de deseo– ahí se marca el inicio de la vergüenza o pudor, que viene a la defensa de la intimidad de la persona”.
“El otro nunca debe ser una cosa u objeto, sino que merece el respeto como persona que tiene una altísima dignidad. Cubrimos nuestro cuerpo, no porque nos avergoncemos de él, sino porque no queremos que nuestra parte sexual se vea como algo independiente de los demás valores que poseemos”, subrayó.
El sacerdote mexicano resaltó además la importancia de que “los niños vayan desarrollando el sentido del pudor. Cuando son pequeños no lo tienen, pero en la medida en que van creciendo deben ser educados en cubrir su cuerpo y en no permitir que nadie extraño toque sus partes íntimas”.
“De esta manera los adolescentes y jóvenes podrán ser capaces de juzgar los eventuales atentados a su propia intimidad”, indicó.
El sacerdote precisó que educar a los niños “en la custodia de su propia intimidad no es transmitirles la idea de que el sexo o el cuerpo es algo negativo, sino enseñarles a integrarlos en su personalidad”.
“De esta manera se podrán evitar muchas experiencias dolorosas como la de Serena Fleites que, por falta de pudor con un chico que le atraía, acabó siendo pasto de miradas lascivas”, concluyó.