Los pecados no son perdonados por el sacerdote mismo, sino por Dios, con la absolución del ministro ordenado. Sin embargo, algunos pecados solo pueden ser perdonados por los obispos, otros solo por la Santa Sede. Precisamente, ¿Qué delitos provocan la excomunión?
Los pecados reservados provocan la excomunión, el castigo eclesiástico más severo. El término «excomunión» significa la exclusión de un miembro de la Iglesia. Evidentemente, no se castiga el pecado, sino el crimen, y los delitos que se castigan con censura no pueden ser absueltos por un sacerdote.
Los delitos absueltos solo por el obispo
– Delitos con excomunión “Latae sententiae” 1. Herejía, cisma y apostasía. 2. Aborto inducido, cuando éste realmente ocurre. Y colaboración con él.
– Delitos con excomunión “Ferendae sententiae” 3. Fingir ser sacerdote, celebrar misa y escuchar confesiones. 4. Grabación o divulgación, por medios técnicos, de lo dicho en la Confesión.
– Delitos con interdicto «Latae sententiae» 1. Violencia física contra un obispo. 2. Intente celebrar la Misa. 3. Intente absolver y escuchar la confesión de un creyente. 4. Falsa denuncia de petición (acusar falsamente a un sacerdote de aprovecharse de la intimidad de la Confesión para hacer peticiones sexuales o tocar de forma deshonesta). 5. Religioso de votos perpetuos, no clérigo, que intenta casarse.
– Delitos con Interdicto y Suspensión (para clérigos) 1. Violencia física contra un obispo. 2. Intente celebrar la Misa. 3. Intentar absolver y escuchar la confesión (quien no puede hacerlo válidamente). 4. Falsa denuncia de aplicación. 5. Clérigo que intenta casarse (suspensión «latae sententiae»)
Delitos absueltos únicamente por la Santa Sede (Penitenciaría Apostólica)
– Delitos con excomunión “Latae sententiae” 1. Sacrilegios 2. Atentado contra la vida del Papa 3. Absolver al cómplice de un pecado contra el 6º mandamiento. 4. Como obispo, consagra a otro obispo sin mandato papal. 5. Para el sacerdote, violar el secreto de la Confesión. 6. Intento de ordenación sacerdotal de una mujer.
El amor solo puede ser eterno si vivimos la conquista de los demás todos los días. Y esto es solo desde el momento en que el amor de Dios prende fuego a nuestras vidas. Solo podemos ser libres cuando tenemos un dueño, pero un dueño que nos administra por amor y libertad. Mi Dueño [Dios] me ama, ¡me aprecia! No vas a sugerir nada que me lastime, porque Tu regalo es el amor. No esclaviza a nadie.
Para tener fuego se necesita leña. Dios es fuego. Necesitamos ser esa madera donde el Señor arde. El Todopoderoso no obra milagros solo para mostrar Su poder, sino que todas las manifestaciones del Señor son para ganar el corazón que está allí. Lo hizo con Moisés. La conquista llega a través de cosas hermosas. Si vas a recibir amigos, ofreces lo mejor. Busca una forma de expresar amor. Esto es lo que hizo Dios con este profeta.
Es eterno porque no se limita
Lo «bello» no se limita a un atractivo interior estético. Te das cuenta de algo más. Es descubrir que algo de esa belleza supera sus formas. Es algo más grande que me llama, que habla de mí, como si esa belleza fuera algo que me faltara. El amor es esta capacidad de verse de manera diferente. En medio de tanta gente, alguien se vuelve especial para ti y te acercas. El amor es esta capacidad de sacar a alguien de la multitud, sacarlo de los lugares comunes y llevarlo a un lugar especial y dedicado. Alguien ha descubierto algo sagrado en ti.
Amar es empezar a descubrir que, en una multitud, alguien no es una multitud. Cuando alguien se te acercó fue porque generaste un encanto en esa persona. El otro se sintió mejor cuando se acercó a ti. La belleza de la totalidad que tienes hace al otro mejor. Lo primero que cura el amor conyugal y conyugal son los huérfanos que nos ha dejado la vida.
Es eterno porque está en Dios
No creo en un matrimonio que no tiene a Dios en su historia. ¿Cómo reconocerá tu esposo el carácter sagrado de tu corazón si no te da conciencia de todo lo sagrado que eres? El amor, cuando no es amor, se convierte en competencia, disputa. Por eso el amor que se inicia y mantiene en Dios será siempre un amor para la promoción del otro.
El matrimonio es un encanto para el otro, que se vuelve significativo cuando lo conozco. Así, todos los días necesitas acercarte al otro y descubrir la razón para seguir con el respeto y la alegría de estar frente a ese, que es tu ayuda adecuada.
El matrimonio en el que el otro es opresión, no es amor. ¡El amor te lleva alto! Si ya no te promocionas significa que te estás olvidando de la vocación primordial del matrimonio: la de encender el fuego del amor, la dignidad y la felicidad para el otro.
La instauración del ministerio laical de catequista a través del motu proprio Antiquum ministerium era necesaria, porque «da respuesta a un clamor arrastrado por los catequetas desde el Concilio Vaticano II y la Evangelii nuntiandi», asegura el delegado de Catequesis del Arzobispado de Madrid, Manuel M.ª Bru. Esta petición ha estado también presente en diversos Sínodos de obispos, en particular en el dedicado a la Amazonía, donde se puso de especial relieve la figura de los catequistas, responsables de comunidades a las que el sacerdote no puede llegar. «Desempeñan una misión insustituible en la transmisión y la profundización de la fe», recoge el motu proprio al referirse a estos líderes comunitarios.
La decisión papal, dada a conocer este martes, supone, en palabras del delegado episcopal, «un bien para la Iglesia por muchos motivos». El más destacado se dirige a «la teología de los ministerios, porque la misión de la Iglesia pasa por la evangelización y, hasta ahora, los ministerios laicales estaban relacionados únicamente con la liturgia –lectorado y acolitado–». De esta forma, este nuevo ministerio se relaciona directamente con dicha evangelización. Además, «se da un reconocimiento de primera línea en la Iglesia» a la figura del catequista laico, «lo que supondrá un acicate para profundizar en la formación y en el compromiso».
Otra de las virtudes de esta novedad, según destaca Bru, es que «las primeras beneficiadas van a ser las Iglesias jóvenes». También supone otro paso más para el afianzamiento de los laicos en la estructura eclesial. «Es necesario reconocer la presencia de laicos y laicas que, en virtud del propio Bautismo, se sienten llamados a colaborar en el servicio de la catequesis», dice el punto 6 de Antiquum ministerium. Eso sí, «y es importante recalcarlo por los detractores que hay de esta decisión», esto se hará «sin ningún menoscabo a la misión propia del obispo, que es la de ser el primer catequista en su diócesis junto al presbiterio», y «a la particular responsabilidad de los padres respecto a la formación cristiana de sus hijos», explicita el texto.
«No hay puntada sin hilo en estas cuatro páginas», señala el delegado de Catequesis de Madrid. «Desde que existe esta petición en la Iglesia, quienes la han rechazado han defendido que no hace falta un ministerio para valorar al catequista». Pero el Papa no lo ve así, y ha recurrido a las Sagradas Escrituras para recordar que existe desde antiguo en la historia de la Iglesia. Otra de las advertencias que hace el texto es que «debe llevarse a cabo de forma plenamente secular, sin caer en ninguna expresión de clericalización». Esto conviene recalcarlo, añade Bru, porque «la misión del laico es transformar la sociedad, y el Papa relaciona transformar la sociedad con la catequesis; pero hay que huir del clericalismo».
Ahora será decisión de cada conferencia episcopal establecer los criterios normativos para que miles de catequistas accedan al ministerio. De hecho, solo en España, según la memoria de la CEE, en 2019 había 96.470.
Mario arrastra una historia desgarradora. Llegó a Roma con veintitantos desde un pueblecito del sur de Italia, huyendo del territorio con más paro del país. Trabajó durante años a las riendas de las carrozas de caballos que transportan turistas por las calles más emblemáticas. Ganaba unos 50 euros al día. Lo justo para sobrevivir sin poder hacer nunca planes más allá de mañana. Un día de verano, mientras limpiaba los establos, se clavó un «maldito tornillo» que sobresalía de una tabla de madera desvencijada. Le dolía mucho, pero siguió trabajando. «Hasta que el pie se puso morado», explica. Cuando llegó al hospital ya era demasiado tarde. La gangrena había corroído el pie y la única solución era amputar. «Primero, dos dedos. Después, los otros tres. Y al final, la pantorrilla entera», dice resignado. Sentado en su silla de ruedas se saca la prótesis y mueve el muñón de la rodilla. «Lo único seguro es que esta nunca va a volver a crecer», bromea. A pesar de eso, cuando cumplió 70 años, el Sistema Sanitario de Salud italiano revisó su incapacidad permanente y le rebajaron la pensión de 700 a 270 míseros euros. Entonces empezaron los problemas. No podía costearse una habitación y acabó en la calle.
Junto a él, Jorge espera a que las puertas del palacio Migliori, del siglo XVII y con vistas a la plaza de San Pedro, se abran para la cena. Por decisión del Papa, este bastión del lujo que una familia noble romana donó al Vaticano da cobijo a 23 personas sin hogar. «Yo también hablo español», se aventura a decir. Es peruano y trabajó durante años cuidando ancianos en Milán. «Solo que me pagaban en negro y muy poco, por lo que ni tengo ahorros ni derecho a la pensión», lamenta. Como Mario, Jorge también acabó en la calle. Un día terminó en urgencias. «Desde hacía días no tenía sensibilidad en el pie derecho», detalla. El diagnóstico fue fatal: una diabetes mal controlada con deficiencia circulatoria por la que tuvieron que amputarle tres dedos del pie.
Suspensión de patentes
El Papa abogó por suspender temporalmente las patentes de las vacunas, respaldando así la propuesta del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha sido rechazada por algunos países europeos, como Alemania. Lo hizo el sábado pasado en un videomensaje emitido durante el concierto en Los Ángeles de la campaña Vax Live, en el que también reivindicó un «espíritu de comunión que permita generar un modelo económico diferente, más inclusivo, justo y sostenible». Francisco apoyó así la exención de los derechos de propiedad intelectual de las farmacéuticas en favor del «acceso universal a las vacunas».
Alessandro acaba de cumplir 50 años, pero los surcos de su rostro no dejan esconder la miseria y la dependencia del alcohol. Llevaba años durmiendo en una tienda de campaña bajo un puente sobre el Tíber. «No podía mantenerme, y mucho menos a mis dos hijos. Les fallé a ellos y a mí mismo. Me sentía roto por dentro». Lo peor de aquellos años era la vergüenza. «Estaba siempre agazapado, sin mirar a los ojos a la gente que pasaba». Ahora, tras pasar por el palacio Migliori, espera poder pagarse una habitación e invitar a cenar a sus hijos.
La tragedia del primer encierro
La última en llegar es Rosa, una mujer siciliana con graves problemas psiquiátricos a la que habían abandonado todos, incluso su familia. «Todos la daban como un caso perdido. Pero hemos logrado estabilizar su situación», dice con una sonrisa el voluntario de la comunidad de Sant’Egidio, Carlo Santoro, principal coordinador del refugio. Los voluntarios de esta organización fundada por Andrea Riccardi llevan desde los años 80 en busca de los que duermen a la intemperie bajo la columnata de la basílica de San Pedro. Con ellos el coronavirus ha mostrado su cara más desgarradora. «Vimos una situación trágica, sobre todo durante el primer confinamiento. No sabían ni dónde ir a comer. Las iglesias estaban cerradas, no tenían ni siquiera a quién pedir limosna. Así que, cuando salimos por primera vez, encontramos muchos hambrientos», señala Santoro antes de indicar el colmo del absurdo: «Muchos incluso fueron multados por la Policía que patrullaba la calle».
La Limosnería Apostólica se encarga de gestionar el reparto de vacunas. Foto: CNS
Mario, Jorge, Alessandro, Rosa… Al Papa le preocupaba que ellos, y otros cientos de personas olvidadas en la Ciudad Eterna, fueran excluidos de la campaña de vacunación contra la COVID-19 de Italia, por lo que dispuso un sistema para no dejar a nadie atrás. La Santa Sede compró dosis de más de la vacuna Pfizer-BioNTech y otras fueron donadas por el hospital Lazzaro Spallanzani. Además, dio la posibilidad de realizar una donación online para sufragar los gastos de las vacunas, en la cuenta de la caridad del Santo Padre administrada por la Limosnería Apostólica (elemosineria.va). De momento han llegado a vacunar a más de 2.000 personas, con algunas de las cuales –alrededor de 600– pasó el Papa el día de su santo, el 23 de abril, celebración de san Jorge.
«Para vacunarse en Italia es necesario registrarse con el número de la tarjeta sanitaria. Muchos quedan excluidos, aunque por razones de edad les tocaría», explica Santoro. «Además de ser muy injusto es muy estúpido desde un punto de vista epidemiológico», añade. De hecho, en el palacio Migliori se alojan dos personas de más de 80 años a los que el sistema impedía ser vacunadas. Muchos de los pobres que viven marginados por las calles de Roma son extranjeros irregulares que quedan fuera de las listas de la Seguridad Social para la vacunación, pero también italianos a los que el registro perdió de vista.
El portal Vatican News ha entrevistado al párroco de Gaza, el padre Gabriel Romanelli, a raíz del enfrentamiento entre Hamás e Israel, una escalada de violencia que está cubriendo de misiles el cielo y sembrando de muerte toda la región. «Incluso mientras te hablo puedes escuchar los booms de las explosiones», le dice el religioso del Instituto del Verbo Encarnado al periodista Michele Raviart.
Ante este panorama, «todo el mundo se queda en casa» y «la gente solo sale para las necesidades urgentes», algo «extraño que indica la gravedad de la situación». Según el sacerdote, los bombardeos que se han producido en otras ocasiones se han producido por la noche, y no por el día como ahora.
Las continuas explosiones de los dos últimos días han terminado por afectar al convento de las Hermanas del Rosario de Jerusalén. El edificio no fue directamente bombardeado, pero los ataques de la zona han provocado «daños en las paredes» y «en muchas ventanas». Gracias a Dios, nadie de la comunidad católica ha resultado herido. «Nuestros feligreses están bien y también los consagrados y consagradas», confiesa Romanelli.
Pero no todo el mundo puede decir lo mismo. «El último recuento hablaba de 32 muertos, incluidos diez niños, y los niños no son de ninguna facción política. Son niños», detalla el párroco. También «hay una mujer muerta y más de 130 heridos. Algunos están implicados en los movimientos, pero hay muchas víctimas civiles. Desgraciadamente, esta es una de las atrocidades de las guerras y de las guerras injustas como esta».
—Ha dicho que hay bombardeos incluso mientras nos habla. ¿Cómo es posible lidiar con esta rutina diaria?
—Hay que intentar mantener la cabeza fría. Lo que no se puede cambiar, hay que soportarlo con paciencia. Intentamos vivir así, también porque no podríamos hacerlo de otra manera, no solo aquí en Gaza sino en muchas partes de Oriente Medio. Eso no significa que uno esté tranquilo. Muchas veces, cuando oyes las bombas más fuertes no puedes evitar tener palpitaciones y te pones a llorar. Pero eso es normal, somos seres humanos.
Labor de los cristianos
Más allá de la resignación, la comunidad católica está tratando de «dar la luz del Evangelio para animar» a la población «a vivir en paz y serenidad». Por otro lado, animan a no quedarse «solo con las noticias de este momento», «rezar y, sobre todo, a vivir la caridad interior y la paciencia».
La fe cristiana, concluye Gabriel Romanelli, «ayuda mucho a superar todo esto, no con desánimo, sino con la esperanza de que a pesar de estos males el Señor pondrá remedio a todo. Así que las personas, en cierto sentido, viven aquí más serenamente que en otros lugares, porque ya han sido puestas muy a prueba».
De todas formas, el párroco pide que se alcance «una tregua, porque de lo contrario se alcanzará una verdadera guerra y sería un desastre».