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En nombre de Dios construyó una lavandería comunitaria para su barrio.

En nombre de Dios construyó una lavandería comunitaria para su barrio.

El amor de Dios se puede ver en todos lados y de muchas formas. Por eso, el pastor Chip Sanders de la Primera Asamblea de Dios en el pequeño pueblo de Iberia, Missouri, EE.UU, construyó una lavandería para que las familias pudieran lavar su ropa.

Resulta que en Iberia el 20% de los 726 habitantes de la ciudad vive en la pobreza, y los niños abandonan la escuela porque no tienen ropa limpia para ponerse, ya que no tienen lavadora y la lavandería más cercana está a más de 32 km.

Además, algunas viviendas no tienen agua corriente, por lo que algunos vecinos usan la ropa hasta que está muy sucia y luego la tiran. 

Pero el pastor Chip no se conformó con esa realidad y compartió con la comunidad la necesidad de crear un evento para recolectar fondos en la iglesia.

El corazón de la gente comenzó a moverse por Iberia, y se llegó a recolectar $150 mil dólares. El pastor Chip también recibió un subsidio del alcalde de la ciudad y compró un terreno para construir el edificio, que ya está en marcha.

La planta baja posee 232 metros cuadrados y servirá como lavandería de autoservicio, con 12 lavadoras y secadoras donde los estudiantes desfavorecidos podrán lavar su ropa de forma gratuita.

El segundo piso de 371 metros cuadrados será una cafetería y un espacio para presentaciones, proporcionando un lugar de reunión comunitario muy necesario.

El pastor Chip no es nuevo en la comunidad de Iberia, desde 2006 se ha desempeñado como bombero voluntario y ha ayudado a la ONG The Well, vinculada a su iglesia, a sacar a la población de la ciudad de la pobreza.

Francisco tiene solo 4 años y demuestra su fervor por la eucaristía.

Francisco tiene solo 4 años y demuestra su fervor por la eucaristía.

Mientras otros niños pasan horas con sus legos, este pequeño brasileño prefiere los libros sobre las vidas de los santos y los objetos litúrgicos de cartón.

Durante un tiempo se olvida de los cochecitos. A sus 4 años, Francisco Almeida Gama es un enamorado de la misa.

¡Insiste en no faltar a su cita con Jesús en la Eucaristía dominical! En su parroquia de Bon Jesus de Lapa, al oeste de Río de Janeiro, Francisco es un gran devoto y experto en oración.

«No se distrae durante la misa, apenas parpadea», dice su madre Ana Cristina Gama.

Y cuando no está en la iglesia, quiere mantener una atmósfera muy serena. Para construir su rincón de oración, sus padres le dieron un pequeño kit de misa.

La caja de juguetes contiene un crucifijo, una patena, un cáliz y toda una serie de objetos litúrgicos.

Al principio, incluso sus padres se sorprendieron por su fervor. «No lo estamos presionando para que haga nada, esa es realmente una de sus peticiones», explica Alexandre, su padre.

El confinamiento fue un momento difícil para Francisco. Vivía mal la liturgia a distancia.

“Tan pronto como hubo más flexibilidad para poder asistir a misa en persona, le preguntamos a nuestro párroco. Francisco había insistido tanto…”, recuerda su padre.

Para los padres, que perdieron a su primer hijo prematuramente, la vida y el amor de Francisco por la Misa son «gracia».

Para su cumpleaños, el niño pidió que los invitados destinaran sus regalos a obras a la caridad.

Más adelante, Francisco quiere ser sacerdote. Mientras espera poder discernir, ¡ya está cultivando su amor por Jesús!

¡Oremos por nuestros amigos, especialmente si se han alejado!

¡Oremos por nuestros amigos, especialmente si se han alejado!

La amistad es un don gratuito, libre, que llega de pronto y alumbra la vida con sonrisas cómplices y compañía continua. Los amigos permanecen, a pesar de la distancia y el tiempo. Siempre hacen espacio en nuestras vidas.

A veces, nuestros amigos desaparecen, de pronto se repliegan y parece como si los hubiésemos perdido, muchas veces nos enojamos. Pensamos en que de pronto el cariño que sentían por nosotros pasó. Y sin querer, somos nosotros quien abandonamos.

Pocas veces nos detenemos a pensar que tal vez ese repliegue responda a una herida en su corazón. A una necesidad de ayuda.

Esta es una hermosa oración para pedir por un amigo

Y al escucharla pensé en aquellos amigos que dejé ir. Que no volví a buscar y que de pronto necesitaban de mí y yo guardé silencio. 

Hoy me valgo de esta oración para pedir por ellos. Por sus momentos de oscuridad, por aquellas heridas que quedaron y porque vuelvan a ese lugar donde necesitan estar.

Pido por mis amigos, por los que fueron, los que son y por los que vendrán.

Oración para pedir por un amigo:

Hola Jesús,
Hoy vengo ante ti sin saber mucho que decir,
es fácil hablarte de cosas mías,
pero no soy yo quien hoy te necesita.

Hoy te pido por alguien más,
por un amigo que no está bien
necesita estar cerca de ti
y aunque no te busque, lo haré yo por él.

Querido Jesús, ayúdalo.
En sus miedos pon tu amor,
en sus dudas, tu camino
y en sus caídas, tu perdón.

Sé que no te apartas de su lado
aunque él es experto en rechazarte.

Pero ¿cómo hago para que sepa
que tú no te cansas de esperarlo?
No permitas que nada malo le pase.

Dale el entendimiento para comprender tu voluntad,
las fuerzas para no dejar de levantarse
y el amor que necesita de verdad.

Que comprenda que este mundo es pasajero
y tú eres lo que importa de verdad,
Que los problemas que lo hunden a él ahora
Tienen solución.

Que contigo tome vuelo
y viva junto a ti.
Que te busque cuando se pierda,
así como te busco yo a ti.

Que se haga tu voluntad, Jesús,
en todo momento y en todo lugar.
Y que tu paz y amor lo alcancen
aunque él no sepa cómo rezar.

Amén.

Dios lo liberó de su adicción, el encuentro que cambió la vida de este medico.

Dios lo liberó de su adicción, el encuentro que cambió la vida de este medico.

Un médico destacado en Virginia recurrió a las drogas para liberarse de un fuerte dolor de cabeza. Las sustancias le trajeron una gran adicción que solo pudo superar al encontrar a Dios.

Lou Ortenzio era admirado por su comunidad debido su gran aporte a la salud de los ciudadanos, sin embargo, él comenzaba a descuidarse.

El doctor trabajaba 16 horas diarias y se aseguraba de que sus pacientes pudiesen recuperar la sanidad.

El doctor era adicto a ayudar a las personas, y mientras sus pacientes recibían los mejores cuidados, el doctor estaba descuidando a sus seres queridos.

Sin embargo, su vida de trabajo se veía en peligro por los fuertes dolores de cabeza que atravesaba; hasta que empezó a tomar drogas para aliviar sus dolencias y poder continuar.

El doctor encontró en las drogas, no solo la fórmula para aliviarse de los dolores, sino que  también recibía una sensación de euforia que lo llevaba a hacer cualquier cosa.

La adicción del doctor creció tanto que consumía 40 pastillas al día. Para poder sostener su vicio hacía recetas falsas, y así consiguió gran cantidad de drogas.

La familia de Lou lo abandonó, su matrimonio terminó y su desempeño laboral se redujo considerablemente.

Lou decidió quitarse la vida al verse atrapado por sus problemas, y aunque lo intentó prefirió clamar a Dios.

“Dios, sácame de este lío. Ya no puedo hacer esto. Tienes que hacer algo. Sácame de aquí”, le dijo al Señor.

Al día siguiente conoció a un cristiano que lo llevó a la iglesia, y luego de asistir a varios servicios, la vida del hombre comenzó a cambiar.

Hoy el doctor es un testimonio de que Dios restaura y asegura que solo teniendo al Señor en el corazón comienza el cambio verdadero.