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¿Agradeciste al Señor luego de recuperar tu buena salud?

¿Agradeciste al Señor luego de recuperar tu buena salud?

Cuando sufrimos de una enfermedad grave, a veces puede resultar difícil ver la presencia de Dios en nuestras vidas. El sufrimiento que soportamos puede hacer que parezca que Dios nos ha abandonado.

Sin embargo, a menudo Dios quiere enseñarnos algo a través del sufrimiento y unirlo al sufrimiento de Jesús en la cruz.

Esto hace que sea aún más importante regocijarnos en acción de gracias a Dios cuando nos devuelve la salud.

Al hacerlo, reconocemos la mano providencial de Dios y lo alabamos por su amor misericordioso.

A continuación se muestra el Salmo 116 que a veces se etiqueta en las Biblias como «Acción de gracias por la recuperación de una enfermedad»:

Oración

«Yo amo, porque Yahveh escucha mi voz suplicante
porque hacia mí su oído inclina el día en que clamo.
Los lazos de la muerte me aferraban,
me sorprendieron las redes del seol; en angustia y tristeza me encontraba,
y el nombre de Yahveh invoqué: ¡Ah, Yahveh, salva mi alma!

Tierno es Yahveh y justo, compasivo nuestro Dios;
Yahveh guarda a los pequeños, estaba yo postrado y me salvó.

Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque Yahveh te ha hecho bien.
Ha guardado mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, y mis pies de mal paso.

Caminaré en la presencia de Yahveh por la tierra de los vivos.
¡Tengo fe, aún cuando digo: «Muy desdichado soy»!,
yo que he dicho en mi consternación: «Todo hombre es mentiroso».

¿Cómo a Yahveh podré pagar todo el bien que me ha hecho?
La copa de salvación levantaré, e invocaré el nombre de Yahveh.

Cumpliré mis votos a Yahveh, ¡sí, en presencia de todo su pueblo!
Mucho cuesta a los ojos de Yahveh la muerte de los que le aman.
¡Ah, Yahveh, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas! Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Yahveh.
Cumpliré mis votos a Yahveh, sí, en presencia de todo su pueblo,
en los atrios de la Casa de Yahveh, en medio de ti, Jerusalén».

En octubre se celebra “El mes misionero” en todo el mundo

En octubre se celebra “El mes misionero” en todo el mundo

El tema elegido por el Papa Francisco para la jornada de este año es “No podemos dejar de hablar de los que hemos visto y oído”, inspirado de los Hechos de los Apóstoles.

En un comunicado de prensa difundido por Obras Misionales Pontificias se recuerda que en las celebraciones de este año con motivo del Mes Misionero se quiere poner de relieve que “nadie está excluido de la misericordia de Dios”.

Para la celebración de este año se han organizado diversas “iniciativas de formación, oración y animación”.

En América, “la coordinación continental de las Obras Misionales Pontificias ha elaborado material de formación, esquemas de oración para la animación litúrgica y temas de reflexión que son fruto del trabajo conjunto de las direcciones nacionales de las Obras Misionales Pontificias del continente”.

En su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones de este año, difundido el 6 de enero de 2021, el Papa Francisco señalaba que “invitación a cada uno de nosotros a ‘hacernos cargo’ y dar a conocer aquello que tenemos en el corazón” y cita a San Pablo VI en la exhortación Evangelii nuntiandi para recordar que “la misión es y ha sido siempre la identidad de la Iglesia: ‘Ella existe para evangelizar’”.

“Nuestra vida de fe se debilita, pierde profecía y capacidad de asombro y gratitud en el aislamiento personal o encerrándose en pequeños grupos; por su propia dinámica exige una creciente apertura capaz de llegar y abrazar a todos. Los primeros cristianos, lejos de ser seducidos para recluirse en una élite, fueron atraídos por el Señor y por la vida nueva que ofrecía para ir entre las gentes y testimoniar lo que habían visto y oído: el Reino de Dios está cerca”, escribió el Papa.

Por el día de San Jerónimo recordamos 10 citas ingeniosas de su autoría.

Por el día de San Jerónimo recordamos 10 citas ingeniosas de su autoría.

El 30 de septiembre es el día de san Jerónimo, sacerdote y Doctor de la Iglesia. Este santo es célebre por su traducción de la Biblia a la forma de latín más común de su tiempo (la Vulgata). Jerónimo comenzó su ministerio sacerdotal como ermitaño llevando una vida de asceta a las afueras de Antioquía.

Más tarde, Jerónimo viajó a Constantinopla, donde entabló amistad con san Gregorio de Nacianzo, junto a quien estudió las Sagradas Escrituras.

Después de unos cuantos años en Constantinopla, Jerónimo vivió en Roma y recibió el encargo del papa Dámaso I de traducir la Biblia a partir de una serie de textos en latín antiguo.

También es “famoso por ser uno de nuestros santos más cascarrabias”, por hablar sin pelos en la lengua y por crearse enemigos allá donde fuera.

El ascetismo de Jerónimo fue lo que le salvó, según dijo de él un obispo mientras miraba un cuadro en el que aparecía Jerónimo golpeando su pecho con una piedra:

Haces bien llevando esa piedra, pues sin ella la Iglesia nunca te habría canonizado” (Vidas de los santos, por el reverendo Alban Butler).

Aquí hay 10 frases de san Jerónimo que ayudan a valorar la vida de este hombre que nos entregó la Vulgata:

1) La ignorancia en las Escrituras es ignorancia de Cristo”.

2) “Empieza a ser ahora lo que serás de aquí en adelante”.

3) “El rostro es el espejo de la mente, y los ojos, sin hablar, confiesan los secretos del corazón”.

4) “Requiere tiempo buscar un amigo, rara vez lo encontramos y con gran dificultad lo conservamos”.

5) “En vano canta la lira para el asno”.

6) “Todo debe incluir un agudo condimento de verdad”.

7) “Que tus acciones no desmientan tus palabras, para que no suceda que, cuando prediques en la Iglesia, alguien en su interior comente: ‘¿por qué entonces tú no actúas así?’”.

8) “Huye como de una peste del clérigo que se dedica a los negocios, del que viniendo de la pobreza se ha hecho rico, y del desconocido que ha pasado a ser famoso”.

9) “Es aún peor ser ignorante de la ignorancia de uno”.

10) “¡Qué curioso maestro el que, con el estómago lleno, diserta sobre el ayuno!”.

¿Conocías el Santo Rosario de San José?

¿Conocías el Santo Rosario de San José?

San José es descrito como “justo” en las Sagradas Escrituras y es considerado por los santos a lo largo de la historia como un poderoso intercesor ante su hijo Jesús. Entre ellos están Santa Teresa de Ávila, San Francisco de Sales, San Alfonso de Ligorio, San Pío de Pietrelcina, el Papa San Pío X y otros.

Posiblemente, el padre adoptivo de Cristo es el santo más importante de la Iglesia Católica, por eso existen diversas oraciones con las que los fieles le expresan su profunda devoción, entre ellas está la Coronilla o Santo Rosario a San José.

La devoción por el Rosario a San José inició en 1871, cuando a través del Breve Inclytum Patriarcham, el Papa Pío IX proclamó promover la devoción al Padre adoptivo de Cristo como santo católico, y alentó al pueblo a acudir a él con piedad y “una confianza sin límites”.

El Beato Pío IX declaró a San José como patrono de la Iglesia universal hace 150 años. Para conmemorar esta fecha, el Papa Francisco publicó la carta apostólica Patris corde y declaró el Año de San José desde el 8 de diciembre de 2020 al 8 de diciembre de 2021.

Durante este tiempo de gracia, el Santo Padre animó a los católicos a fortalecer su vida de fe a ejemplo del santo. En este periodo, los fieles que se confiesen, comulguen y recen por las intenciones del Papa, pueden alcanzar indulgencia plenaria de varias formas, entre ellas, está encomendarse al santo en sus labores diarias, y rezar el Rosario en familia.

El Rosario a San José nos lleva “a rememorar la vida de José, fiel esposo de nuestra Madre María y hombre de valor que de manera perfecta asumió la protección y crianza de Jesús en sus etapas de infante, además de ser el más fiel seguidor de un Cristo a quien reconoció como su señor e hijo de Dios”, señaló la Arquidiócesis de Milwaukee, Wisconsin (Estados Unidos).

Los fieles suelen rezar esta especial oración para pedir la intercesión del patriarca de la Sagrada Familia al momento de afrontar situaciones difíciles o que parecen imposibles. Además, se suelen encomendar a él los trabajadores, padres, maestros y enfermos, de quien es santo patrono.

“Ya lo decía el Papa Pío IX y lo ratificaba Juan Pablo II, que José en su vida superó muchas pruebas para ganarse siempre la bendición de Dios, por lo que es capaz de ayudarnos con su poderosa gracia y bendición a solucionar los casos más increíbles por lo que desde la Iglesia se considera que para el rosario a San José casos imposibles no existen”, señaló la Arquidiócesis.

“También podemos pedir a San José por su iluminación para poder ser ese guía de nuestra familia o tener la fortaleza para poder ser el impulsor de nuestros allegados. San José, de la casa de David, nos enseña el verdadero modelo de un padre ejemplar, pero también el de hijo de Dios, responsable y bondadoso”, agregó.

El Rosario a San José suele rezarse en la forma de un septenario, que son cinco o siete grupos de siete cuentas violetas, donde cada grupo representa un misterio y están separados entre sí por una cuenta blanca donde se anuncia el misterio. El color violeta simboliza la piedad de San José y el blanco su castidad y pureza. En lugar de la cruz, suele llevar la medalla de San José.

En caso no se disponga de este rosario particular, es posible utilizar el rosario mariano tradicional de cinco misterios y diez cuentas. Solo se debe reemplazar el “Ave María” por el “Dios te salve José” y meditar un misterio por decena desde la perspectiva del padre adoptivo de Cristo.

A continuación, te presentamos los pasos para rezar el Rosario a San José:

1. Hacer la señal de la Cruz:

“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”

2. Rezar la Oración a San José:

“Oh San José, que con amor trabajaste la madera para en esta vida, vida pasajera, a tu familia el pan de cada día proveer. Oh San José, ahora en el Cielo con Cristo, que extendido en el madero en el que vida eterna al hombre dio, enséñanos a reconocer en el quehacer de cada día el camino hacia Dios”.

3. Presentar el Misterio que corresponda:

A continuación los siete Misterios de San José:

1. La anunciación a San José (Mateo 1:18-21)
2. El nacimiento de Jesús (Mateo 2:1-12; Lucas 2:1-20)
3. La circuncisión y la atribución del nombre de Jesús (Lucas 2:21, Mateo 1:20-21)
4. La presentación en el Templo (Lucas 2:22-38)
5. La huida a Egipto (Mateo 2:13-15)
6. El regreso a Nazaret (Mt 2:23)
7. El niño Jesús perdido y hallado en el Templo (Lucas 2:44-46)

4. Rezar un Padre Nuestro

5. Rezar la oración “Dios te salve, José” en cada cuenta del misterio:

“Dios te salve, José, lleno de la gracia divina.
Entre tus brazos descansó el Salvador y ante tus ojos creció.
Bendito eres entre todos los hombres,
y bendito es Jesús, el hijo divino de tu virginal esposa.
San José, padre adoptivo de Jesús,
ayúdanos en nuestras necesidades familiares, de salud y de trabajo,
hasta el fin de nuestros días, y socórrenos a la hora de nuestra muerte. Amén”.

Otra opción es: “Salve, San José, hombre justo, Dios te escogió como esposo de María y Jesús te honró con el nombre de padre. Salve, custodio del Redentor y protector de la Iglesia universal, protege nuestras familias y asístenos en la hora de la muerte. Amén”.

6. Al terminar cada misterio, rezar un Gloria

7. Rezar la oración “Acuérdate” a San José:

“Acuérdate, oh castísimo esposo de la Virgen María, San José, mi amable protector, que nunca se oyó decir que alguno de aquellos que invocaron tu protección e imploraran tu socorro, hubiese quedado sin consuelo. Lleno de confianza, me presento ante ti y me encomiendo con fervor a tu patrocinio. No desatiendas mis oraciones, oh padre adoptivo del Redentor, más bien escúchalas y acógelas. Amén

8. Rezar las Letanías a San José

9. Rezar esta oración (opcional) y hacer la señal de la Cruz:

“¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Santísima Madre; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el Cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén”.